Dos misiles balísticos fueron disparados desde Yemen, en una zona controlada por los rebeldes hutíes, contra un buque de guerra estadounidense en el Golfo de Adén, cerca de Somalia.
Esto ocurrió horas después de que el USS Mason impidió el secuestro de un petrolero comercial de propiedad israelí que había sido asaltado por piratas somalíes, como dijo el Pentágono. Cinco asaltantes armados fueron capturados por los militares estadounidenses.
El Mando Central de los Estados Unidos publicó en X: “Los misiles cayeron en el Golfo de Adén, aproximadamente a diez millas náuticas de los barcos. […] No hubo daños ni heridos reportados por ninguno de los buques durante este incidente.”
El incidente se produce después de que las fuerzas hutíes, respaldadas por Irán, lanzaron numerosos ataques contra intereses estadounidenses en la región y contra Israel desde el comienzo de la guerra el 7 de octubre.
Y ocurrió mientras continúa extendiéndose en toda la región el temor de que la guerra entre Israel y Hamás pueda ampliarse. La Casa Blanca, el lunes, no dijo si lanzará o no bombardeos en Yemen como represalia.
John Kirby, del Consejo de Seguridad Nacional en la Casa Blanca dijo: “No creo que vamos a meternos en el negocio de telegrafiar nuestros golpes. […] Tomaremos las medidas apropiadas para proteger a nuestras tropas y a nuestras fuerzas en la región del Medio Oriente.”
Estados Unidos ya enfatizó la prioridad de evitar que el conflicto se extienda en Oriente Medio, ya que las fuerzas estadounidenses en Irak y Siria también han sido atacadas regularmente por grupos respaldados por Irán.
A pesar de la escalada de ataques en la región, la inteligencia estadounidense revela que Irán y sus patrocinados hasta ahora han estado calibrando sus respuestas para evitar un conflicto directo con Estados Unidos o Israel.