El referendo consultivo sobre el Esequibo que ganó este domingo el presidente Nicolás Maduro en Venezuela parece haber reforzado su candidatura a la reelección, si bien la polémica sobre la cantidad de electores en esa votación podría atizar el debate de su partido en cuanto a su confirmación como postulado del chavismo para 2024, aseguran analistas consultados por la Voz de América.
Maduro y sus aliados de los poderes legislativo y judicial promovieron y ganaron con holgura una consulta para reivindicar la potestad de Venezuela sobre el Esequibo, un territorio de 159.000 kilómetros que disputa con Guyana.
Según el mandatario, ese referendo es vinculante para el desconocimiento de la jurisdicción de la Corte Internacional de Justicia en la controversia y anexar un nuevo estado a su integridad territorial, el Guayana Esequiba.
Si bien el caso Esequibo fue el centro de la consulta, analistas y dirigentes políticos han puesto sus focos sobre el desempeño del Partido Socialista Unido de Venezuela en los centros de votación y en el éxito de su movilización de electores.
El Consejo Nacional Electoral reportó el lunes la participación de 10,4 millones de votantes en el referendo, lo cual lapidó las dudas sobre si las cifras del primer boletín del presidente del ente comicial se refería a “votos” o a “votantes”.
Varios analistas, como Luis Vicente León, de la firma Datanálisis, estimaron que esa cifra contrasta “dramáticamente” con las expectativas de participación, la votación histórica de ese tipo de referendo y lo visto en los centros de votación.
Dirigentes del llamado chavismo crítico, que no comulgan con Maduro, estimaron desde el extranjero que la participación del domingo había sido tan baja que la candidatura del jefe de Estado a la reelección queda en entredicho.
El referendo fue “la tumba del madurismo”, opinó el exministro Andrés Izarra, mientras que Rafael Ramírez, ex presidente de PDVSA y ex ministro del sector petrolero acusado por el oficialismo de corrupción, aseguró desde el exilio que Nicolás Maduro y sus colaboradores estaban “liquidados políticamente”.
Maduro ganó las presidenciales de 2013 tras la muerte de Hugo Chávez con 7,5 millones de votos. En 2018, en una votación en la que la oposición no participó por considerarla fraudulenta, se reeligió con 6,2 millones de papeletas a su favor.
El debate interno del chavismo
La percepción general de que la participación de votantes durante el referendo fue “baja o nula” puede abrir la puerta a que la postulación de Maduro en 2024 sea controvertida dentro del PSUV, opina el sociólogo y doctor en procesos políticos contemporáneos Juan Manuel Trak.
Si bien no se ha definido su fecha, se tiene previsto que el partido de gobierno celebre en los próximos meses un congreso nacional con sus máximos dirigentes para definir quién será su candidato en las presidenciales de 2024. Maduro aspira a ser ese abanderado.
Según Trak, más que una ratificación, “pudiera haber un proceso interno de debate sobre la posibilidad de sustituir a Maduro” como candidato para esa elección, donde se espera zanjar la larga crisis política de Venezuela y elegir un jefe de Estado por los siguientes 6 años.
Además del desempeño del madurismo en el referendo, otras razones entrarán en juego, estima el experto, que menciona sus “grandes niveles de impopularidad” -rondan el 80 % en la mayoría de las encuestas privadas- y la “presión” de actores internacionales sobre su gestión durante los últimos 4 años, incluyendo amplias sanciones económicas.
Esos factores “pudieran generar incentivos suficientes para que, dentro del partido de gobierno, en aras de mantener el poder, sustituyan a Maduro por una figura que sea menos polémica o impopular que el presidente, que ya tiene 10 años en el poder”, apunta en conversación con la VOA.
Votaciones distintas
El politólogo Pablo Andrés Quintero desaconseja comparar el comportamiento electoral del PSUV durante el referendo consultivo con la puesta en marcha de su maquinaria en una contienda entre candidatos. Son procesos “de naturaleza distinta”, dice.
Según el especialista en comunicación política, Maduro “va a ir hasta el final” con los resultados oficiales del domingo, según los cuales la mitad del padrón electoral respaldó las 5 preguntas que promovió personalmente el mandatario junto a sus aliados.
El referendo “no le representa al oficialismo una crisis, todo lo contrario”, dice Quintero. “Esto genera más fracturas dentro de la oposición, contradicciones estratégicas”.
Maduro necesita mejorar y acercar sus comunicaciones al público, humanizar sus comunicaciones».
Por los momentos, agrega, Maduro se abalanza hacia su reelección en un contexto donde prevalece el “consenso” oficialista de que el candidato del PSUV será él, remarca.
Quintero dice notar, eso sí, que el jefe de Estado venezolano tiene ante sí el “gran desafío” de reconectar en 2024 con la base electoral del chavismo, que está “cansada de la política, la crisis y la falta de solución a los problemas económicos.
Atribuye a esa necesidad de comunicación política los recientes videos publicados en las redes sociales de Maduro donde aparece cantando junto a su esposa Cilia en reuniones de amigos o tomándose un café mientras conversan de asuntos políticos.
Cálculos con cuidado
Gustavo Adolfo Soto, politólogo y profesor de la Universidad del Zulia, comenta que los números del referendo consultivo sobre el Esequibo no pueden atribuirse enteramente al PSUV ni a Maduro personalmente, pues, asegura, hubo otros factores políticos que se sumaron a la votación del domingo.
Soto recomienda tener “cuidado” con endosar los resultados del domingo a alguna figura en particular, para bien o para mal. A su juicio, la votación sobre el Esequibo fue una oportunidad para que el PSUV se “movilizara” antes de 2024 en una elección general que comprometía “al país”, no a él como partido político.
Trak, por su parte, insiste en que “los incentivos” para que la dirigencia del partido de gobierno considere suplir a Maduro como candidato pasan por no contar con el carisma de su predecesor y mentor, y por haber tomado decisiones que provocaron una crisis económica y política “mucho más grave”.
El sociólogo advierte que está por verse la correlación de las fuerzas internas del PSUV con influencia real en la escogencia del candidato presidencial para 2024.
También, habrá que esperar para saber si hay algún grupo con la fuerza suficiente para “posicionar” a un candidato distinto a Maduro, “si es que es posible”, dice.
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