El ultraderechista Javier Milei asume este domingo la presidencia de Argentina, con la promesa de hacer profundos recortes al gasto público para salir de una crisis económica profunda.
Milei, un economista de 53 años que se define como «anarco-capitalista», jurará su cargo el domingo ante el Congreso argentino y recibirá los atributos presidenciales de manos de su antecesor, Alberto Fernández.
«No hay lugar para gradualismos, no hay lugar para tibiezas ni para medias tintas», afirmó Milei el 19 de noviembre tras imponerse frente al peronista Sergio Massa, candidato oficialista y ministro de Economía, a quien le sacó 10 puntos.
El país enfrenta una inflación de 143 % interanual y una pobreza que ronda el 40 %, es decir, cuatro de cada 10 argentinos viven en la pobreza y con una recesión al acecho.
“Alguien que hace dos allás en la política no existía, dos años en la política, promete sangre sudor y lágrimas y gana”, apunta a la Voz de América el economista Benjamin Tripier.
El nuevo presidente argentino ha asegura: «Tenemos problemas monumentales: la inflación, el estancamiento, la falta de empleo genuino, la inseguridad, la pobreza y la indigencia. Problemas que solo tienen solución si volvemos a abrazar las ideas de la libertad».
“La madre de todos los problemas”
Y en la calle se siente.
La economía es la principal queja de los argentinos consultados, sin distinciones entre quienes votaron y no a Milei.
Francisco Estrella, de 41, que está cerca de la Casa Rosada, sede del Poder Ejecutivo, responde a VOA que no tiene grandes expectativas con el nuevo gobierno.
“Todo parece que ese rumbo (de pobreza) se va a profundizar (…) No hay muchas expectativas, pero Argentina tiene una larga trayectoria de resistencia y lucha”, afirma Estrella a VOA.
Benjamin Tripier, de la firma Nueva Tecnología de Negocios, afirma que “vienen medidas muy duras”, que traerán por ejemplo desempleo. “Estas con un respirador artificial que lo vas a desconectar cuando asuma el nuevo presidente y ahí vas a tener que respirar por tu propia cuenta”, ejemplifica.
Milei encarará también un programa de créditos de 44.000 millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional (FMI), mientras que el Banco Central tiene reservas negativas por 10.000 millones de dólares.
“Esa es la madre de todos los problemas”, responde por su parte Enrique Arrillaga, de 63 años, que es personal no docente universitario, en relación a la deuda con el FMI. “Toda la economía y esfuerzo está destinada a pagar la deuda externa”, lamenta.
Un panorama complicado
El presidente electo habla de una “terapia de shock”, que incluye privatizaciones y un recorte notable del gasto público. Habló primero de un 15 % pero ya ha moderado la cifra.
Y aunque prometió en campaña «destruir la inflación», aclaró después de electo que ese objetivo no se logrará con mucha rapidez.
«Bajar la inflación va a llevar entre 18 y 24 meses», estimó. Y advirtió que mientras tanto «va a haber estanflación», que define a una economía sin crecimiento y con inflación.
Ante esta deriva, cabe preguntarse por la motosierra, ese elemento protagónico de su campaña, símbolo de los futuros recortes en el Estado, ¿sigue en marcha?
“Sigue estando presente”, responde a VOA Sol Montero, socióloga y profesora de la Universidad Nacional de San Martín. “La motosierra supone cortar y arrasar todos los gastos extras”.
Milei dijo que eliminaría ministerios, incluidos el de la Mujer, habló de privatizar la salud, educación, las obras públicas de infraestructura y las empresas del Estado.
No obstante, su promesa madre: dinamitar el Banco Central y dolarizar la economía, eliminando el peso al que llegó a catalogar de excremento, también ha perdido fuerza.
“Nunca dijimos de dolarizar en un día”, señaló en una entrevista reciente al canal local TN.
Un gran obstáculo, su músculo político Milei es un actor relativamente nuevo en política y su partido, La Libertad Avanza, es una minúscula minoría en el Congreso, con 38 de los 257 diputados y 7 de los 72 senadores.
Contará con el apoyo del partido del expresidente Mauricio Macri, con quien se alió para el balotaje.
Pero en contra estará el peronismo saliente, que vuelve a la oposición como primera fuerza en ambas cámaras, con 105 diputados y 33 senadores, y aparece como el mayor obstáculo para el nuevo gobierno en la aprobación de leyes, junto con los cinco diputados de la izquierda.
El FMI insistió el jueves que el país «necesita un plan de estabilización fuerte, creíble y respaldado políticamente para abordar de manera duradera los desequilibrios macroeconómicos y los retos estructurales de Argentina», dijo su portavoz, Julia Kozack.
Muchas de las propuestas necesitan de la aprobación del Parlamento, aunque según el diario Clarín, las primeras medidas económicas vendrán por decreto e incluirán una devaluación del peso -a unos 600 pesos por dólar, hoy en 400 por un control de cambio- y el levantamiento de subsidios.
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