Los hermanos Heder y Dairon Cuero Valencia, cabecillas de un cártel de narcotráfico que operaba en América y Europa, y con orden de localización internacional, fueron capturados en el valle del Cauca, en el suroeste de Colombia, en una investigación que duró más de un año, informaron autoridades el domingo.
Los hermanos de nacionalidad colombiana fueron detenidos el 6 de enero cuando festejaban el cumpleaños de Heder, alias “Curva”, considerado el principal cabecilla, junto a su hermano Dairon, alias “Chanchi», segundo al mando de la estructura criminal, anunció el vicealmirante Orlando Grisales, jefe del Estado Mayor Naval de operaciones de la Armada Nacional de Colombia.
En una rueda de prensa conjunta de autoridades colombianas y ecuatorianas, el vicealmirante Grisales señaló que los dos hermanos cuentan con circular roja de la Interpol y orden de captura internacional desde el distrito sur de la Florida, con una pena pendiente de 11 años de prisión por narcotráfico.
El mando de la armada colombiana explicó que ambos narcotraficantes, junto con otras 26 personas — también detenidas—, crearon la organización delictiva dedicada a la producción de droga y a su traslado internacional a Centroamérica, Estados Unidos y Europa.
Según las autoridades binacionales, el grupo operaba en asociación con el cártel mexicano de Sinaloa y especialmente con agrupaciones de las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), como la Segunda Marquetalia y el bloque Franco Benavides de alias “Iván Mordisco”.
“Curva” y “Chanchi” estuvieron detenidos entre 2013 y 2018 en Colombia, pero salieron con libertad provisional, tras lo cual huyeron a Ecuador y, cuando estaban a punto de ser capturados, regresaron a Nariño, desde donde se trasladaron al valle del Cauca, donde fueron finalmente capturados.
El resultado de la operación conjunta que inició en 2022 y que contó con la cooperación de inteligencia de la CIA y la DEA de Estados Unidos constituye un importante golpe “porque estamos desarticulando de manera completa una organización delictiva transnacional”, afirmó Grisales.
La estructura, dijo el vicealmirante, tenía una capacidad de traficar cinco toneladas mensuales de cocaína, “lo que representaba rentas mensuales de aproximadamente 190 millones de dólares”, y anuales de 2.000 millones de dólares. Estos recursos “sustentaban muchas actividades ilícitas” del “Bloque Occidental Alfonso Cano” de las extintas FARC, con quienes estaban asociados, aseguró.
La droga salía de Colombia y llegaba a las costas de las provincias ecuatorianas de Esmeraldas, Manabí y Guayas, donde existían centros de acopio y posteriormente se trasladaban en lanchas hasta Centroamérica, explicó el director antinarcóticos de la policía de Ecuador, general William Villarroel.
Posteriormente, embarcaciones de bandera mexicana receptaban los cargamentos en altamar y se encargaban de su distribución a los distintos puntos de destino, agregó el general Villarroel.
Con la operación se logró el decomiso de 2,7 toneladas de cocaína, un barco pesquero, cinco lanchas tipo Go Fast, 50.996 dólares estadounidenses, 693.000 pesos colombianos, 19 motores fuera de borda, 40 bidones de combustible, cinco vehículos, además de armas de fuego, municiones, teléfonos satelitales, teléfonos celulares, radio boyas y más artículos que servirán de evidencia para el procesamiento judicial.
Pese a su origen colombiano, la mayor parte de la estructura delictiva de los hermanos Cuero Valencia estaba en Ecuador, destacó el mando policial ecuatoriano.
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