La administración Biden ha sido blanco de críticas tras conocerse que el secretario de Defensa, Lloyd Austin, estuvo hospitalizado en cuidado intensivo el primero de enero y no lo reportó durante días ni a la Casa Blanca ni a Kathleen Hicks, su subalterna en el Pentágono.
La hospitalización se debió a complicaciones tras un procedimiento médico para tratar un cáncer de próstata en diciembre, pero el secretismo intensificó los llamados de demócratas y republicanos por una rendición de cuentas.
General Pat Ryder, Vocero del Pentágono, dijo el martes:
“El Secretario Austin ha asumido la responsabilidad de los problemas de transparencia y el Departamento está tomando medidas inmediatas para mejorar nuestros procedimientos de notificación”.
El lunes, Austin salió de la sala de cuidado intensivo. El Pentágono atribuyó el retraso a que el jefe de gabinete de Austin también estaba enfermo. No se sabe por qué ningún otro funcionario avisó a la administración Biden.
El Pentágono abrió una investigación, y la Casa Blanca ordenó el martes a los integrantes del gabinete notificar a su oficina si alguna vez no puedan desempeñar sus funciones.
John Kirby del Consejo de Seguridad Nacional de Casa Blanca reveló que:
“El presidente no fue informado hasta el viernes pasado que el secretario Austin estaba en el hospital. No le informaron hasta esta mañana que la causa fundamental de esa hospitalización fue el cáncer de próstata.»
Y añadió: «Todos vamos a querer aprender de esto o sea el proceso de notificación para esa delegación de autoridad.»
Austin no tendría intención de renunciar y la Casa Blanca dejó saber que el presidente Biden no estaría considerando despedir al secretario y, además, no aceptaría una renuncia si Austin la ofreciera.
Pero los críticos dicen que, con Estados Unidos involucrado en dos guerras y los recientes ataques en Oriente Medio contra tropas estadounidenses, una calamidad habría podido pasar por esta falta de comunicación entre Pentágono y el alto gobierno nacional.
Se hubo a conocer que el secretario de Defensa fue diagnosticado con cáncer de próstata en diciembre y se sometió a un procedimiento mínimamente invasivo para tratarlo y curarlo, según lo que dijo el hospital militar Walter Reed, donde fue hospitalizado. Hubo complicaciones debido a una infección intestinal pero nunca fue inconsciente y el cáncer fue tratado a tiempo en su fase inicial. Austin ha vuelto a trabajar, se encuentra en buenas condiciones, pero no se sabe cuándo dejará el hospital.