El 19 de febrero, el teniente general Ígor Kirillov, comandante de la fuerza de protección radiológica, química y biológica del ejército ruso, acusó a Estados Unidos de violar sus obligaciones internacionales al conservar sus armas químicas y transferirlas a Ucrania. Kirillov afirmó, sin pruebas, que Kiev utilizó armas químicas estadounidenses contra las tropas rusas.
Tanto Estados Unidos como Rusia son signatarios de la Convención sobre Armas Químicas (CAQ) de 1997, que prohíbe la producción, el almacenamiento o el uso de armas químicas y exige que los 193 estados signatarios destruyan las armas químicas existentes.
Como acuerdo en la CAQ, Estados Unidos y Rusia se comprometieron a destruir sus arsenales de armas químicas para 2007.
En una declaración publicada en el canal Telegram del Ministerio de Defensa ruso, Kirillov dijo:
«Rusia destruyó todos los arsenales de armas químicas en septiembre de 2017, y esto se hizo antes de lo previsto… De acuerdo con los plazos establecidos por la OPAQ, se suponía que Estados Unidos completaría la destrucción de los arsenales declarados de armas químicas en 2007 , sin embargo, a pesar del potencial económico existente, no lo hizo hasta 2023… Durante una operación militar especial, se registraron casos de uso de municiones químicas estadounidenses por parte de las fuerzas armadas ucranianas”.
Este planteamiento incluye afirmaciones tanto falsas como infundadas.
Tanto Rusia como Estados Unidos incumplieron el plazo inicial de 2007. Para ese año, Estados Unidos había destruido el 46 % de sus arsenales, mientras que Rusia informó la destrucción del 22 % de sus arsenales. La CAQ amplió el plazo hasta 2012.
En el segundo plazo, Estados Unidos informó que había destruido el 90 % de sus armas químicas, mientras que Rusia dijo que había destruido el 62 % de sus arsenales.
En 2012, Rusia y Estados Unidos anunciaron nuevos plazos. Moscú se comprometió a destruir todas sus armas químicas para finales de 2015, mientras que Washington dijo que lo haría para 2023.
Rusia no cumplió el tercer plazo, pero finalmente anunció en 2017 que había destruido todos sus arsenales de armas químicas.
Estados Unidos cumplió el tercer plazo y anunció en julio de 2023 que había destruido todos sus arsenales de armas químicas.
La “destrucción” de armas químicas no tiene los mismos protocolos para Estados Unidos y Rusia, ya que cada país hizo una interpretación diferente.
El ejército estadounidense ha pasado años desarrollando métodos para destruir sus armas químicas sin causar contaminación tóxica ni efectos sobre la salud. Posteriormente tuvo que dedicar más tiempo a mejorar las medidas de seguridad, tras cometer errores y ser objeto de fuertes críticas.
El método ruso para la destrucción de armas químicas, aunque más rápido, generó como subproducto grandes cantidades de desechos tóxicos. Moscú dijo en 2017 que su Ministerio de Comercio e Industria se encargaría de descontaminar esos desechos, pero no informó ningún progreso en los siete años siguientes.
Kirillov también omitió que Estados Unidos proporcionó a Rusia una importante asistencia y financiación para destruir sus armas químicas, biológicas y nucleares en las ex repúblicas soviéticas en el marco del programa Cooperativo de Reducción de Amenazas, también conocido como programa Nunn-Lugar.
Desde que lanzó su invasión militar a gran escala en Ucrania hace dos años, Rusia ha acusado repetidamente a Kiev de utilizar armas químicas sin proporcionar ninguna prueba que respalde sus afirmaciones.
Durante apenas nueve meses después de lanzar su guerra en Ucrania, Rusia “envió una serie de notas diplomáticas… al menos 20 de ellas contenían afirmaciones sobre supuestos planes ucranianos de utilizar armas químicas o sustancias químicas tóxicas”, dijeron 54 Estados partes de la Convención sobre Armas Químicas. en una declaración conjunta en noviembre de 2022:
“No ha habido un solo caso en el que se haya presentado alguna prueba creíble. Tampoco ha habido ningún caso en el que estas acusaciones hayan resultado ser correctas o en que los acontecimientos previstos hayan ocurrido real y verificablemente”.
La declaración de los 54 países signatarios de la CAQ concluía: “Consideramos que Rusia hizo estas afirmaciones con el único propósito de tratar de justificar su guerra de agresión. No hay sustancia detrás de estas afirmaciones. Son parte de una elaborada y maliciosa campaña de desinformación lanzada por Rusia”.
La ausencia de pruebas en tales casos plantea dudas legítimas sobre la validez de las acusaciones, dado que los ataques químicos suelen dejar detrás una cantidad significativa de pruebas físicas.
La Organización de las Naciones Unidas para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) investiga incidentes relacionados con el presunto uso de armas químicas. Los expertos de la OPAQ recolectan muestras para análisis forenses a fin de verificar tales afirmaciones, como fue el caso en Siria, donde la ONU confirmó cinco casos de uso de armas químicas de fabricación rusa por parte del régimen de Bashar al Assad en 2017-2018.
Rusia utilizó armas químicas después de anunciar que había destruido completamente sus arsenales en 2017, incluidos intentos de asesinato utilizando variaciones de Novichok, un agente nervioso de grado militar de producción soviética.
En marzo de 2018, el Reino Unido anunció que “uno de un grupo de agentes nerviosos conocido como Novichok” se utilizó en el intento de asesinato del ex oficial de inteligencia militar ruso (GRU) Sergei Skripal y su hija Yulia, de 33 años, en la ciudad de Salisbury el 4 de marzo de 2018.
En junio de 2018, un ciudadano del Reino Unido murió por exposición al Novichok utilizado en el ataque a los Skripal.
En noviembre de 2019, cuatro variantes de Novichok estaban en la lista de la OPAQ de sustancias químicas tóxicas y precursores utilizados como armas químicas, o utilizados para fabricar armas químicas y que tenían pocos o ningún uso aparte del combate.
El 6 de octubre de 2020, la OPAQ confirmó que en agosto de 2020, el líder de la oposición rusa Alexey Navalny fue envenenado con un agente nervioso químico del grupo Novichok.
Aunque el tipo de Novichok utilizado para envenenar a Navalny no está en la lista de sustancias prohibidas por la Convención sobre Armas Químicas, la OPAQ dijo a Polygraph.info que “todos los productos químicos tóxicos y sus precursores, excepto cuando se utilizan para fines permitidos por la CAQ en cantidades específicas, son armas químicas” y, por lo tanto, están prohibidas por la convención.
Estados Unidos expresó su preocupación de que el uso de Novichok por parte de Moscú pueda ser evidencia de que Rusia ha retenido en secreto al menos parte de su arsenal de armas químicas.
En una entrevista con CNN en marzo de 2022, el presidente estadounidense Joe Biden advirtió a Rusia que Moscú “pagaría un precio severo” si utiliza armas químicas en Ucrania.
(El artículo fue originalmente publicado por Polygraph y traducido por Mila Cruz).
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