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Una veintena de cercetas pardillas ‘se mudan’ a la Comunidad de Madrid desde el Mediterráneo para contribuir a revertir una situación muy preocupante: el drástico declive de esta especie desde hace décadas y la seria amenaza de riesgo de extinción. La Consejería de Medio Ambiente va a llegar a cabo este lunes la suelta de estos ejemplares en la laguna de El Porcal, dentro del Parque Regional del Sureste en el municipio de Rivas-Vaciamadrid.
El objetivo favorecer el asentamiento de este pato en la región, para contribuir a su protección y a la vez aumentar la riqueza de la biodiversidad regional. Esta suelta no es la primera que se hace: hubo dos reintroducciones en 2022 y 2023 este mismo espacio natural. Los animales proceden de una donación realizada por la Consejería de Agricultura de la Generalitat Valenciana, que también ha aportado su experiencia en la gestión y conservación de esta especie.
«La Consejería de Medio Ambiente, Agricultura e Interior ha realizado el estudio de viabilidad para la reintroducción e informado al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico de este proyecto, contando con su aprobación y buena disposición de colaboración», han trasladado desde el departamento que dirige Carlos Novillo.
Con la suelta de estos 20 ejemplares concluye una tarea que ha ocupado semanas a los técnicos de la Comunidad. Previamente a la liberación, se construyeron unas instalaciones de aclimatación para realizar una adecuación al hábitat. Además, con anterioridad se había estudiado la compatibilidad de estas aves con las poblaciones de otras especies acuáticas de la zona.
La laguna de El Porcal, una antigua gravera que es propiedad de cementos Portland, ha sido considerado como un lugar «idóneo» para las cercetas pardillas. «Hay elevadas posibilidades de éxito para su nidificación», explican desde el Ejecutivo regional, que añade que con las sueltas precedentes se ha logrado el asentamiento de la primera población de esta especie en la Comunidad de Madrid.
Ahora se busca consolidar una nueva población de la especie en el Parque Regional del Sureste, posibilitando en el futuro su conectividad con las poblaciones de las lagunas de El Porcal y con las futuras reintroducciones que se hagan en nuestra región de la cerceta pardilla, cuyo nombre científico es Marmaronetta angustirostris.
Esta especie está considerada «en situación crítica» por la Ley de Patrimonio Natural y Biodiversidad, mientras que el Catálogo Español de Especies asegura que está «en peligro de extinción» y es «vulnerable» para la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Las últimas noticias que se han conocido de su estado de conservación en España no son nada halagüeñas, desgraciadamente, porque el Ministerio para la Transición Ecológica informó a finales del pasado enero que la reproducción de la cerceta pardilla registrada disminuyó un 35% en 2023 respecto a la temporada anterior.
La cartera que dirige Teresa Ribera relacionó estos datos con «la grave sequía que sufren las áreas reproductoras de esta especie», con una mención especial al sur de la península. «El pasado año se registraron 480 pollos, aproximadamente un tercio menos que en 2022, cuando se alcanzaron los 740, frenando así la tendencia alcista de los últimos años», se detalló.
El número de hembras avistadas acompañadas por pollo) también se redujo, pasando de 115 en 2022 a 75 en 2023. El grupo de trabajo sobre la cerceta pardilla, coordinado por el propio ministerio, aspira a contribuir a revertir esta situación con la restauración de los humedales prioritarios o la cría en cautividad en centros de referencia, entre otras acciones en colaboración de la comunidad científica, organizaciones conservacionistas y la sociedad civil.
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