Panamá no puede hacer deportaciones masivas de inmigrantes, reconoce funcionaria
Panamá no tiene capacidad para hacer deportaciones masivas de inmigrantes, reconoció el viernes la directora general del Sistema Nacional de Migración durante un operativo de expulsión de 30 ciudadanos colombianos.
“No podemos hacerlo masivo por el alto costo y por las coordinaciones que se tenían que hacer con los países”, dijo Samira Gozaine a The Associated Press.
El presidente electo de Panamá, José Raúl Mulino, ha declarado que cerrará la frontera sur que limita con Colombia donde se encuentra la selva del Darién, que se ha convertido en una trampa para miles de inmigrantes ilegales que usan esa ruta para llegar al norte, principalmente a Estados Unidos.
El actual gobierno panameño ha deportado en cuatro operativos a 992 inmigrantes que tenían antecedentes criminales o que infringieron las leyes panameñas y que en su mayoría habían ingresado por el Darién. Las deportaciones se realizan en vuelos rentados con un costo de entre 36.000 y 38.000 dólares y en vuelos comerciales que incluyen a dos custodios.
“Si pudiéramos deportar a todos los que ingresan lo haríamos. Estamos esperando poder presentar nuestro informe de gestión para que el próximo gobierno tenga la información y tome sus propias decisiones”, dijo la directora de Migración.
Gozaine explicó que en el Darién no hay un aeropuerto en el que puedan aterrizar aviones de gran capacidad y que a un flujo de 2.000 inmigrantes por día se necesitarían al menos 10 aeronaves comerciales de Copa Airlines, la aerolínea de bandera panameña, para deportar a todos los que llegan a la selva fronteriza con Colombia.
En lo que va del año han ingresado 154.000 personas por el Darién y se espera un aumento de 20 % con relación a 2023, cuando lo hicieron unas 500.000 personas.
“Es un fenómeno que es complejo, es una problemática regional que la única forma de atacarla es regionalmente de forma diplomática, es a través de conversaciones con los países”, dijo Gozaine.
El presidente electo, que asumirá el 1 de julio, ha encargado la misión de cerrar el Darién a Frank Abrego, quien fue el primer director del Servicio Nacional de Fronteras y será su ministro de Seguridad.
Durante la presentación del gabinete ministerial esta semana Abrego reconoció que la meta de cerrar la frontera no es una tarea fácil y aseguró que se está elaborando un plan que busca establecer puntos de control donde puedan ser detenidos los migrantes ilegales y entonces proceder a su repatriación.
El designado ministro tiene experiencia y conocimiento de la selva ya que impulsó en 2009 operativos que según las autoridades lograron expulsar del Darién a un frente de la extinta guerrilla Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
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