La activista Martha María Ramírez, alertó sobre la desaparición hace veinte días de la joven cardenense Melisa Odaisi Peraza Cabrera, de 24 años de edad.
El 14 de mayo, “Melisa iba a La Habana a encontrarse con un hombre a quien había conocido en redes sociales y la familia perdió el rastro de ella”, explicó a Martí Noticias Ramírez, creadora de la iniciativa de alertas ciudadanas sobre desapariciones “Yeniset” para las mujeres, en recordación de Yeniset Rojas Pérez, y “Maite” para las niñas, por Madeleysis Rosales, desaparecida hace tres años.
«El pasado 27 de mayo, tras días de intentos infructuosos por contactarla y después que un conocido la viera desde lejos en la calle Ayestarán, en La Habana, caminando con dos hombres jóvenes, la familia realizó la denuncia ante la Policía cardenense», detalló la activista en Facebook.
Melisa tiene tres hijos: uno de cuatro años, otro de dos y una bebé de cuatro meses.
La última vez que fue vista, Melisa iba vestida con un jean azul y unos zapatos deportivos blancos, de acuerdo a la descripción del ciudadano que la viera en la capital cubana.
“Todos estos son casos que, aparentemente, están relacionados con cierta criminalidad, con cierta organización criminal. Eso hace que mucha gente piense que estas desapariciones son el resultado de un comportamiento. La verdad es que ninguna persona debe desaparecer. Y, sobre todo, ninguna persona debe desaparecer sin que el Estado intervenga en su búsqueda, hasta las últimas consecuencias”, indicó Ramírez.
Las autoridades cubanas, poseedoras del control de los medios de información y los organismos estatales, no actúan con rapidez ni transparencia frente a las desapariciones de personas que catalogan como «ausentes de casa», han denunciado organizaciones independientes.
Ante la desaparición de un allegado, la familia, tras avisar a la policía, recurre a las redes sociales para tratar de encontrarlo. Solamente en el mes de mayo se reportaron tres mujeres desaparecidas en la Isla: Yenisley Torres Pérez, quien fue vista por última vez el 9 de mayo, Jeannis Castillo Máximo, el 13 de mayo y Maileivys Martín, el 6.
La activista enfatizó en la desaparición, hace siete años, de Beysi Moraima Pedroso Ramírez, un caso que “nos pone frente a un panorama que no nos es ajeno».
«Llevamos años alertando sobre esto. Las desapariciones aparentemente voluntarias o que son vistas así por los órganos policiales, evadiendo sus responsabilidades, porque, aunque una desaparición sea voluntaria, lo que comienza siendo voluntario puede trastocarse en otros tipos de desapariciones, como están clasificadas, además, en el mundo y, definitivamente, ponen a estas mujeres, niñas y niños en condiciones de otras vulnerabilidades”, subrayó Ramírez.
Organizaciones y especialistas del tema clasifican las desapariciones, según el riesgo que corre la persona, en Voluntarias, Involuntarias y Forzosas.
Entre los “derechos que Cuba sostiene que tenemos, está el derecho de las personas desaparecidas a ser buscadas y encontradas. Es un compromiso del Estado hasta las últimas consecuencias”, recordó Ramírez.
Subregistro de personas desaparecidas en Cuba
Grupos de la Sociedad civil cubana como Alas Tensas y YoSíTeCreoen Cuba, junto a activistas independientes, se han organizado para llamar la atención sobre las desapariciones en Cuba.
“Es un subregistro todo lo que tenemos, porque depende de que las familias no cedan a las presiones de la policía política, si hacen denuncias públicas e, incluso, ante la justicia. Depende también de que las familias estén interesadas en esas personas que han desaparecido, fundamentalmente, mujeres, niñas y niños que muchas veces ni siquiera son tenidas en cuenta, no notan su ausencia, y eso es un fenómeno, además, que no solo es cubano, pero que en Cuba ni siquiera podemos medirlo”, señaló Ramírez.
El caso de Beysi, quien desapareció el 30 de mayo de 2017, “viene a poner un punto en este entramado de lo que parecieran desapariciones asociadas a cierta criminalidad, quizás sea trata de personas, de mujeres, de niñas y niños o algo relacionado con el crimen organizado”, apuntó.
“Esta es una familia que no es la primera vez que tiene alguien desaparecido: (Un tío de Beysi) desapareció en el año 2000”.
“Hay algo interesante en la historia de Beysi y es que la policía no ha tenido a bien hacer una correcta investigación, quizás porque Beysi es afrodescendiente, quizás porque es pobre, quizás porque viene de una familia precarizada por las circunstancias que vivimos en Cuba, y quizás también porque Beysi se dedicaba a la prostitución, algo que fue reconocido por su mamá públicamente, y quizás por todo esto no han querido halar el hilo de la investigación”, se cuestionó la activista.
“Lo que sé es que existen, y están abiertos en estos momentos, muchos casos de personas que no han sido encontradas mujeres y niñas que no han sido encontradas. Estoy convencida que es la punta del iceberg de un fenómeno mucho más brutal dentro de Cuba”, puntualizó Ramírez.
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