Ejército israelí anuncia «pausa táctica» en combates para facilitar llegada de ayuda en Gaza
El ejército de Israel anunció el domingo que detendrá los combates durante determinadas horas del día en una zona del sur de Gaza para aliviar el retraso en la entrega de ayuda humanitaria destinada a los desesperados palestinos que sufren la crisis humanitaria desatada por la guerra.
La “pausa táctica” anunciada, que afecta a una zona de unos 12 kilómetros (7,4 millas) de carretera en la zona de Rafah, dista mucho del alto el fuego que reclama la comunidad internacional, incluido el principal aliado de Israel, Estados Unidos, para todo el territorio. Si se mantiene, el cese limitado de las confrontaciones podría ayudar a abordar algunas de las abrumadoras necesidades de los palestinos, que se han incrementado más aún en las últimas semanas con el inicio de la campaña israelí en Rafah.
La pausa comenzará a las 8:00 horas (0500 GMT) y se mantendrá hasta las 19:00 (1600GMT), dijo el ejército, apuntando que se repetirá todos los días hasta nuevo aviso.
La medida busca permitir la entrada de camiones a través del cercano cruce fronterizo de Kerem Shalom, controlado con Israel y que es el principal puerto de entrada de ayuda, y que lleguen de forma segura a la carretera de Salah a-Din, la principal vía que cruza el sitiado enclave de norte a sur, explicó el ejército. El paso sufre un embotellamiento desde que las tropas terrestres israelíes avanzaron a Rafah, la ciudad más meridional del territorio, a principios de mayo.
El COGAT, el organismo militar israelí que supervisa la distribución de ayuda en la Franja, dijo que la medida incrementaría la llegada de ayuda a otras partes del territorio, como Jan Yunis, Muwasi o el centro de Gaza. El norte del enclave, que fue el primer objetivo de la guerra, recibe ayuda a través de un paso fronterizo en la zona.
El ejército indicó que la pausa — que coincide con el inicio del Eid Al-Adha, o fiesta del sacrificio, en Gaza y en el mundo musulmán — fue coordinada con Naciones Unidas y con las agencias de ayuda internacionales.
Tras las críticas a la inciativa por parte de los ultranacionalistas del gobierno del primer ministro, Benjamin Netanyahu, contrarios a cualquier pausa en la guerra, el ejército explicó que los combates continuaban en el resto de la Franja y que no se modificaron las condiciones generales para la entrada de ayuda.
Las agencias de cooperación, incluida la ONU, no respondieron de inmediato a una petición de comentarios. Scott Anderson, director de la agencia de la ONU para los palestinos en Gaza, dijo a la televisora CNN que espera que la pausa “permita la entrada de la ayuda que tanto necesita la población”.
La medida llega en un momento en que Israel y Hamás valoran la última propuesta de alto el fuego, presentada por el gobierno de Joe Biden en su esfuerzo diplomático más importante para poner fin a la guerra y liberar a los rehenes retenidos en el enclave. Aunque Biden dijo que se trataba de una propuesta israelí, Israel no la ha aceptado plenamente y Hamás ha exigido cambios que parecen inaceptables para su rival.
Mientras, la guerra continúa su curso. Israel anunció el domingo los nombres de 11 soldados muertos en ataques recientes en Gaza, incluyendo uno fallecido a causa de las heridas sufridas en un asalto la semana pasada. Esto eleva las bajas totales de las fuerzas israelíes en Gaza a 308 efectivos.
Hamás mató a 1.200 personas, en su mayoría civiles, en su incursión del 7 de octubre sobre el sur de Israel, y capturó a unas 250 más como rehenes, de acuerdo con las autoridades israelíes. El Ministerio de Salud gazatí, por su parte, sostiene que más de 37.000 palestinos han perdido la vida en la guerra.
Los ocho meses de ofensiva militar israelí contra Hamás, provocada por la incursión insurgente, han sumido a Gaza en una crisis humanitaria y la ONU reportó una situación de hambre generalizada con cientos de miles de personas al borde de la hambruna. La comunidad internacional ha instado a Israel a hacer más para aliviar esa situación y afirma que los enfrentamientos en curso, incluyendo los de Rafah, han complicado el repartod de ayuda.
Entre el 6 de mayo y el 6 de junio, la ONU recibió una media de 68 camiones con ayuda por día, según los datos de su oficina humanitaria, OCHA. Son menos de los 168 que entraban cada día en abril y está muy por debajo de los 500 diarios que los grupos de ayuda dicen que se necesitan.
El flujo de ayuda en el sur de Gaza disminuyó justo cuando aumentaban las necesidades humanitarias. Más de un millón de palestinos, muchos de los cuales ya habían abandonado otras zonas del territorio debido a los combates, huyeron de Rafah luego de la invasión, hacinándose en otras partes del sur y el centro de la Franja. La mayoría languidecen ahora en míseros campamentos de tiendas de campaña, donde se utilizan trincheras como letrinas y donde las aguas residuales discurren a cielo abierto por las calles.
El COGAT dijo que no habrá restricciones a la entrada de camiones y apuntó que más de 8.600, tanto de ayuda como comerciales, entraron en Gaza por todos los cruces entre el 2 de mayo y el 13 de junio, una media de 201 diarios. Pero gran parte de esa ayuda se acumula en los pasos y no ha llegado a su destino final.
Un vocero del COGAT, Shimon Freedman, indicó que la ONU era la culpable de la acumulación de la mercancía en el lado gazatí de Kerem Shalom e indicó que las agencias tienen “problemas logísticos fundamentales que no han solucionado”, especialmente la falta de camiones.
Naciones Unidas niega esas acusaciones y sostiene que los combates entre Israel y Hamás hacen que sea demasiado peligroso que los camiones que tiene en el enclave vayan hasta Kerem Shalom.
El ritmo de las entregas se ha ralentizado porque, según la ONU, el ejército debe autorizar que los conductores vayan hasta el lugar, un sistema que Israel afirma que está diseñado para la propia seguridad de los camioneros. Debido a la falta de seguridad, en algunas ocasiones los camiones con ayuda humanitaria han sido saqueados mientras circulaban Gaza.
La nueva medida busca reducir la necesidad de coordinar las entregas al proporcionar una ventana de 11 horas seguidas cada día para que los camiones entren y salgan del cruce.
No estuvo claro del inmediato si el ejército protegerá los camiones en su avance por la carretera.
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