5 momentos épicos de Cuba en los Juegos Olímpicos

Recordamos cinco momentos inolvidables de Cuba, en los Juegos Olímpicos, con las emociones de quienes los vivieron.

Cuba ha sido un protagonista destacado en los Juegos Olímpicos porque tiene 226 medallas: 78 de oro, 68 de plata y 80 de bronce.

En otras palabras, Cuba en el país hispanohablante más premiado de estos juegos, a pesar de que tiene menos recursos si se le compara con otras potencias deportivas.

Índice de contenido

Momentos épicos de Cuba en los Juegos Olímpicos

1. Doblete de Alberto Juantorena

En Montreal, en 1976, Alberto Juarentona se convierte en el primer y único atleta en ganar las medallas de oro en los 400 y 800 metros, en una misma olimpiada.

En la carrera de 800 metros, Juantorena levantaba su paso cuando faltaban 300 metros. Juantorena y el norteamericano Walter protagonizaron una carrera muy reñida, como se esperaba. El cubano llegaba en primer lugar y se llevaba la medalla de oro para Cuba, con un nuevo récord mundial.

De esta manera, Cuba había ganado dos medallas de oro en competencias de pista y campo. Juantorena describió su hazaña como un triunfo para todo el pueblo cubano: «Fue un momento increíble en mi carrera y una victoria para todo el pueblo cubano».

2. El histórico 2-3 de Rodolfo Falcón y Neisser Bent

En los Juegos Olímpicos de Atlanta, en 1996, dos atletas cubanos protagonizaron uno de los momentos más memorables de la historia del deporte cubano.

En la ciudad estadounidense, Rodolfo Falcón y Neisser Bent se convirtieron en los únicos nadadores cubanos en subir a un podio en unos Juegos Olímpicos.

Solo Falcón tenía pronóstico de medalla, mientras que Neisser Bent no llegaba con el mismo cartel de favorito. Sin embargo, logró la proeza de incluirse entre los ocho mejores nadadores, teniendo apenas 19 años cuando conquistó la gloria.

De esta manera, Cuba ganaba la medalla de plata con Rodolfo Falcón y la presea de bronce con Neisser Bent.

3. El último salto de Iván Pedroso

Iván Pedroso se preparaba para su sexto salto, la última oportunidad. Pedroso estaba concentrado cuando la bandera blanca se alza. Con un salto de 8.55 metros, el atleta conseguía la medalla de hora para Cuba, en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000.

Pedroso mostró una increíble fortaleza mental y, cuando dedica su triunfo a su madre, convirtió ese momento en uno de los más emotivos de su carrera y de la historia del deporte cubano.

El cubana explicaba: «Aunque parezca que fue algo fácil, fue un desafío enorme para mí. Un mes antes de los Juegos Olímpicos, mi madre falleció. Nadie pensaba que podría llegar en forma, pero encontré una fuerza interna que me impulsó. Mi madre era mi fan número uno y siempre quiso que fuera campeón olímpico».

Además, añade: «llegué a los Juegos y decidí que nadie me derrotaría. Esta medalla es para mi madre. Cuando gané, lo primero que hice fue mirar al cielo y decirle: ‘Aquí está tu medalla, mamá’».

4. La remontada de las morenas del Caribe

Tras lograr la medalla de oro en Barcelona 1992 y Atlanta 1996, Cuba aspiraba a conseguir una tercera medalla de oro para voleibol, en Sídney 2000.

Este triunfo aseguró su tercer oro consecutivo, un logro sin precedentes en el voleibol femenino.

Yumilka Ruiz comparte sus recuerdos: «Fui una de las jugadoras estrella del equipo. Éramos el equipo más fuerte en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000, y estábamos preparadas para defender nuestro título. Nadie quiere fallar en esos momentos, pero sucedió.»

La cubana continúa narrando: «Al cambiar de lado, nuestros entrenadores nos dijeron: ‘Concéntrense, están tratando de apresurarse’. En el segundo set, mejoramos, pero no lo suficiente, y perdimos 34-32. Sabíamos que podíamos lograrlo. Cuando cambiamos de lado nuevamente, no hablamos entre nosotras. Sabíamos que era nuestra última oportunidad, era ahora o nunca. Comenzamos a jugar más relajadas, y ganamos el tercer set.»

Luego, agrega: «Antes del cuarto set, nuestros entrenadores nos dijeron: ‘No han ganado nada, están perdiendo. Pero son ustedes las que están perdiendo, no las rusas quienes están ganando’. Salimos al cuarto set con renovada confianza y concentración. Ganamos el cuarto set cómodamente. Sabíamos que el partido estaba empatado, y era el momento de demostrar nuestro potencial.»

Por último, explica: «En el último set, nuestros bloqueos fueron efectivos. Recuerdo un punto crucial: una compañera pasó el balón desde la zona 2, y yo enfrenté un triple bloqueo. No sé a qué altura llegué, pero logré pasar la pelota por encima del bloqueo ruso. Esa fue una inyección de adrenalina increíble. En el punto de partido, nuestro bloqueo tocó la pelota, y Marlen Costa la pasó. Taimares Aguero fingió un remate, y las rusas cayeron en la trampa. Cuando De La Torre anotó el último punto, nos abrazamos, reímos y lloramos de alegría.»

5. Consagración de Mijaín López

En los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, Mijaín López ganó su cuarta medalla de oro consecutiva, consolidándose como el deportista cubano más laureado en la historia.

La historia de Mijaín es una historia de superación. Cuatro títulos olímpicos se dice fácil, pero son 16 años de invicto, desde los Juegos Panamericanos de Lima 2019 hasta ahora.

Nacido el 20 de agosto de 1982, tiene una estatura de 1.96 metros y un peso de 132 kilogramos. Tiene cinco oros en campeonatos mundiales, tres Copas Mundiales, cinco oros panamericanos y dos oros centroamericanos.

Mijaín es el sexto deportista en ganar cuatro oros consecutivos en la misma disciplina en unos Juegos Olímpicos.

Las palabras de Mijaín López en los Juegos Olímpicos son inspiradoras: «Los Juegos Olímpicos son lo más importante para cualquier deportista. Tenemos que estar en la élite muchos años. Creo que es algo muy grande, muy emocionante. Creo que estoy transmitiendo al mundo que, por muy grande que seas, la humildad es más grande que cualquier virtud».

Palabras finales

Cuba ha brillado en los Juegos Olímpicos con momentos que perduran en la memoria colectiva.

Estas proezas deportivas no solo han llenado de orgullo a la nación, sino que también han inspirado a generaciones enteras.

A pesar de enfrentar limitaciones, Cuba ha demostrado que con esfuerzo y pasión, se puede alcanzar la grandeza.