“No nos hemos terminado de descubrir”, la Hispanoamérica de la escritora Giovanna Rivero
Un viaje para una beca Fulbrighten Estados Unidos en 2007 le cambió la vida a la escritora boliviana Giovanna Rivero. De aquella estancia salió Tukzon, una novela que acaba de publicar Suburbano Ediciones y que pone a la inmigración, el tráfico de personas y la esencia de la narrativa escrita por mujeres en el verdadero mapa de Hispanoamérica.
“Yo creo que no nos hemos terminado de descubrir porque categorías como ‘lo nacional’ o ‘qué es ser boliviano, argentino, colombiano’ a veces se reduce y simplifica a unos cuantos aspectos, y lo entendemos por tal tipo de cultura o subjetividad cuando dentro de nuestras mismas fronteras hay zonas fuera de un diálogo central, zonas que dialogan consigo mismas”, dijo Rivero en entrevista en línea con la Voz de América.
Para el argumento de la obra, una nueva edición lanzada por Suburbano Ediciones, Rivero escogió a una escritora policial a la que una revista le ha encargado un reportaje para indagar por la suerte de inmigrantes ilegales que han caído en manos de traficantes de órganos. Apoyada en una misteriosa mujer, la periodista llegará hasta el desierto de Tucson, Arizona, y en ese ambiente y de ese mismo viaje, similar al de los inmigrantes, nace Tukzon, y que trae en una nueva edición Suburbano Ediciones, 2024.
La escritura como viaje migratorio
En el año 2009 Rivero volvió a Bolivia. «Volví con la intención de quedarme», sin embargo, explica que una vez emprendido «sentía que el viaje había quedado incompleto» y regresó ese mismo año a EEUU, hasta hoy, «supongo que esto es un quedarse».
Hoy está en el Estados Unidos que ha convertido en su casa en Lake Mary, Florida, el lugar donde escribe y enseña en sus talleres de Escritura Creativa.
Giovanna Rivero nació en Montero-Santa Cruz, Bolivia, en 1972 y reside desde 2007 en EEUU, donde ha recibido un doctorado en Literatura Hispanoamericana por la Universidad de Florida.
“La escritura es siempre un proceso de emigración. Cuando uno empieza a escribir, por muy clara que ojalá uno tuviera la idea de un cuento, una novela en la primera línea; esa primera línea es como lanzarse al mar, a altamar en un barquito porque si bien te puede llevar la hebra en una idea, la misma es muy insegura, muy frágil y la escritura tiene su propio proceso y su propia revelación”, evalúa.
El proceso mismo de escribir, comenta, la ha convertido a ella misma en una viajera.
«La escritura te hace viajar realmente a zonas del subconsciente, a zonas del lenguaje que son simpre nuevas y misteriosas», dice a la VOA.
Rivero insiste en «la grandeza del concepto de hispanoamericano», el que nutre tanto a la cultura en general como a la literatura misma y que está presente en los millones de inmigrantes que viven hoy en EEUU, pero alerta que esto pudiera quedarse fuera de los moldes de las definiciones actuales.
“Esa palabra grande que llamamos hispanoamericano es en realidad un concepto tan ambicioso que se puede quebrar en su ambición” y pudiera quedarse fuera de los registros “de los centros en los que se maneja el discurso, la historia”.
Hispanoamérica narrada por mujeres
Giovanna Rivero es autora además de Tierra fresca de tu tumba. Los libros de la mujer rota, Chile, 2021; Para comerte mejor. Final Abierto, Buenos Aires, Argentina, 2018, y 98 segundos sin sombra, Penguin Random House, Buenos Aires, Argentina, 2016, entre otros.
Los premios y menciones recibidos por sus libros la ubican en ese amplio panorama que es la actual narrativa escrita por mujeres en la región.
Más de una veintena de nombres de autoras resaltan ahora mismo entre lo mejor de la narrativa hispanoamericana actual, entre ellas la ecuatoriana María Fernanda Ampuero, las argentinas Mariana Enríquez y Leila Guerrero, así como las mexicanas Fernanda Melchor y Guadalupe Nettel, la uruguaya Fernanda Trías o la cubana Wendy Guerra, entre muchas más.
En una cita a varias voces que hizo hace tres años el diario argentino La Nación, la misma Melchor pareció rechazar la existencia de “un boom” narrativo hecho por mujeres, apuntando a que sería similar al de la década de 1960 y en el que destacaron figuras como los Premios Nobel Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa.
“Si tomamos en cuenta que en la actualidad asistimos a una conjunción espectacular de escritoras provenientes de diferentes países y generaciones, produciendo obras de calidad notable y con repercusión internacional, sí, podríamos decir que se trata de un fenómeno similar. Pero también hay varias diferencias: las escritoras actuales, por ejemplo, no sólo privilegian la novela como vehículo expresivo: hay también cuentistas, ensayistas, cronistas”, señalaba entonces Melchor.
Rivero, que viene pujando por colocar su obra más cerca de los lectores cada día, cree que pasadas las décadas donde solo hombres entraron a aquel Boom latinoamericano, la narrativa escrita hoy por mujeres “es la expresión de un mundo que necesita y necesitaba cambiar”.
Editoriales independientes, la fuerza de lo pequeño
Al quedar fuera o no llegar a ser vistas por las grandes editoriales, hace unas dos décadas las editoriales pequeñas, independientes, han venido a recoger la obra de escritores que de no ser por esta vía habrían quedado sin ver la luz.
Su importancia, apunta Rivero, radica lo mismo en “la democratización y una apertura reales de los catálogos editoriales como en la participación en esferas de lecturas que no siempre eran tocadas por otro tipo de propuestas”.
Para ampliar, concluye que “se perdían los otros relatos, los pequeños relatos, esos que a veces impugnamos y parecen no contar cosas importantes y sin embargo son los que tensionan nuestra visión del mundo” .
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