La prisión política en Cuba es «una herramienta de control social»

En el Día Internacional de los Derechos Humanos, el centro de estudios Diálogo Interamericano, junto con la organización de derechos humanos Freedom House, sostuvo un panel de discusión que abordó las tendencias actuales en materia de encarcelamiento político y las estrategias para mitigar y condenar esta práctica.

En el panel, Laritza Diversent, directora de Cubalex, una organización sin fines de lucro especializada en brindar asistencia legal a víctimas de violaciones de derechos humanos, dijo que en Cuba la prisión política es una herramienta de control social.

“El objetivo es grandes sanciones o sanciones bien severas, como el caso de los manifestantes del 11 de julio, para lograr que la población se inhiba de ejercer sus derechos”, dijo Diversent.

La abogada mencionó varios obstáculos que enfrentan los abogados independientes a la hora de defender a las personas privadas de libertad por motivos politicos, entre ellos, la falta de independencia judicial y que sólo los abogados de los Bufetes Colectivos están reconocidos por las instituciones para defender y representar a los ciudadanos.

“Los abogados de Bufete Colectivo implantan temor, por ejemplo, en los familiares de los presos políticos, que también son aquellas personas que son hostigadas por defender y exigir los derechos de las personas privadas de libertad, y en el caso de Cuba, por ejemplo, le recomiendan no presentar recursos legales que serían adecuados y que podrían evitar, por ejemplo, largas condenas”, expresó la abogada.

Asimismo, dijo que los abogados independientes son perseguidos y criminalizados, y muchos de ellos están exiliados.

Diversent opinó que a Cuba “se le mide con otros estándares con los que se mide la región, principalmente por el tema del embargo” estadounidense a la isla, con el que el gobierno cubano justifica sus violaciones a los derechos humanos.

La abogada dijo que aunque la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha apoyado muchísimo al incluir a Cuba dentro del capítulo cuatro, como un país que tiene una situación grave de Derechos Humanos, no se utilizan las herramientas del sistema para poder abogar por la situación de derechos humanos en el país.

Diversent lamentó que todavía no hay una resolución de la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA) denunciando la situación de Cuba en esta materia.