Así lo planteó López Obrador en su conferencia matutina en la que reiteró sus críticas contra la política de sanciones que mantiene Washington hacia la isla caribeña desde hace más de cinco décadas.
Al cuestionar la suspensión de diálogo bilateral, que se dio luego del gobierno de Barack Obama, el mandatario dijo iba “a tratar ese tema” con Biden, en la reunión que tendrá a mediados de noviembre durante el Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC, por sus siglas en inglés).
Tras alabar el acercamiento que se ha dado entre Washington y Caracas, López Obrador sostuvo que en el caso de La Habana “no hay esta relación”. Recordó que ese fue uno de los puntos que se abordó el domingo en la cumbre sobre migración en la localidad sureña de Palenque, estado de Chiapas, a la que asistieron los presidentes Miguel Díaz-Canel, de Cuba, y Nicolás Maduro, de Venezuela.
No es la primera vez que el gobernante mexicano se ofrece para mediar por un acercamiento entre Estados Unidos y Cuba. En mayo del año pasado, antes de la Cumbre de las Américas, López Obrador dijo que le había pedido a Biden, en una conversación telefónica, que invitara al gobernante cubano al foro regional.
Ante la negativa de Washington de invitar a Díaz-Canel y a Maduro, el presidente mexicano desistió de ir a la Cumbre de las Américas.
México y once países más, entre ellos, los principales expulsores de migrantes de la región como Venezuela, Cuba, Honduras o Haití, solicitaron en la cumbre de Palenque a los países receptores acabar con políticas “selectivas” que privilegian la entrada a determinadas nacionalidades, el levantamiento de sanciones unilaterales, renegociar las deudas soberanas y más desarrollo para los países de origen como vías para reducir los flujos migratorios en América.
A la reunión solo asistieron los presidentes de México, Venezuela, Cuba, Honduras, Haití y Colombia. Por su parte, Belice, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala y Panamá enviaron representantes.
De manera particular, López Obrador se comprometió a cooperar con sus socios de la región en materia de petróleo, energía, salud, alimentación y con programas estatales para atender las causas sociales y económicas que llevan a miles de personas a salir de sus países.
En lo que va del año, más de 420.000 personas han atravesado la selva del Darién, una cifra nunca vista que ha desatado una crisis migratoria que llegado de manera particular a Estados Unidos y México.