El gobierno de México anunció el miércoles un plan de apoyo por unos 61.300 millones de pesos (unos 3.425 millones de dólares) para la reconstrucción de Acapulco y las zonas adyacentes que fueron arrasadas por un potente huracán la semana pasada.
La madrugada del miércoles, Otis azotó Acapulco con vientos de 270 kilómetros por hora, convirtiéndose en el ciclón más potente que haya tocado tierra en la costa occidental de México desde que hay registros y dejando 46 fallecidos, 58 desaparecidos y una estela de destrucción a su paso.
El presidente del país, Andrés Manuel López Obrador, ha prometido «poner de pie» a Acapulco antes de la Navidad y el miércoles detalló que el plan de ayuda incluye apoyos directos a los afectados, como la entrega de 20.000 «créditos a la palabra» por 25.000 pesos (1.390 dólares) para comercios devastados; 8.000 pesos para pintura y techos de viviendas; entrega de despensas semanales; y equipamiento con enseres básicos.
«Contamos con presupuesto para financiar todas estas necesidades, estos programas (…) se cuenta con los recursos sin límites cuando se trata de beneficiar al pueblo», dijo en su conferencia de prensa matutina. «Si se requiere más, vamos a ampliar el presupuesto», agregó.
«El costo de la inversión (…) es de 61.313 millones de pesos y se distribuye entre los 20 puntos que señaló el presidente de la República», sostuvo el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez.
Adicionalmente, se anunció la duplicación en el número de becas a 90.000 para estudiantes de niveles básicos; exenciones de algunos impuestos y pagos de intereses de 373 hoteles, así como la suspensión del cobro del servicio eléctrico hasta febrero de 2024.
El mandatario dijo que han sido censados unos 50.000 hogares y que se darán apoyos de entre 35.000 y 60.000 pesos para la reconstrucción de viviendas. Además, se adelantará el pago de dos meses de diversos programas sociales.
La economía de Acapulco, hogar de unos 850.000 habitantes, depende fuertemente del turismo. Cada año, la ciudad recibe alrededor de 4.5 millones de turistas, la gran mayoría locales.
El huracán dejó afectaciones en el 95 % de los hoteles de la ciudad, ubicados mayormente frente a los 33 kilómetros de línea costera.
«Nos quedamos sin nada»
México espera recibir entre 30 y 60 millones de pesos por un bono catastrófico que se podrían destinar a la reconstrucción de Acapulco, dijo el subsecretario de Hacienda, Gabriel Yorio.
El funcionario reiteró que México cuenta con un seguro por 5.000 millones de pesos «que pueden ser utilizados para deducir gastos asociados» a esa tarea.
El costo de los daños causados por Otis podría llegar a 15.000 millones de dólares, según una estimación dela consultora Enki Research, una cifra mucho mayor a las ayudas gubernamentales anunciadas.
Otis tomó por sorpresa a muchos ya que se intensificó inusualmente rápido impulsado por la alta temperatura de la superficie marina, producto del fenómeno de El Niño.
La planificación y la respuesta gubernamentales han sido duramente criticadas por la oposición y analistas políticos y calificadas de «insuficientes» y «pobres». Turistas hospedados en Acapulco dijeron a Reuters que no fueron informados sobre el huracán sino apenas a poco de su inminente llegada.
El desastre golpeó a Acapulco antes de los comicios presidenciales mexicanos de junio de 2024. López Obrador ha dicho que los críticos atacan la respuesta gubernamental e inflan su impacto buscando réditos electorales.
Rumualda Hernández, una residente de 62 años en Acapulco debe caminar 10 cuadras todos los días en busca de agua de un pozo subterráneo para beber, cocinar y lavar la ropa de su casa.
«No tenemos agua, nos quedamos sin nada, la casa está llena de barro, todo está dañado. Tengo mucha ropa sucia y tengo que salir a lavarla», dijo Hernández, mostrando hasta qué punto había llegado la inundación, muy por encima de su cabeza.
Muchos como Hernández siguen desesperados por recibir ayuda del Gobierno, a pesar de que las autoridades desplegaron a unos 19.000 miembros del Ejército, la Marina y la Guardia Nacional para repartir alimentos y agua.
Las fuerzas del orden también están removiendo y limpiando los escombros dejados por Otis y tratando de mantener el orden, en medio de saqueos mientras la gente lucha por satisfacer sus necesidades básicas.