El desplome petrolero
Venezuela producía más de 3 millones de barriles de petróleo a inicios del siglo XXI, en los primeros años de gobierno del entonces presidente Hugo Chávez Frías.
Esa industria, que aportaba cerca de 95 % del producto interno bruto nacional, entró en crisis entre los años 2003 y 2008, con un paro de gerentes y trabajadores contra las políticas del poder ejecutivo, el despido de miles de empleados de PDVSA y la ocupación militarizada de empresas tercerizadas, decomiso y estatización de activos.
La producción petrolera disminuyó a 2,5 millones de barriles de crudo por día en 2008, bajó a 2 millones en 2017 y tocó fondo en medio millón de barriles en 2020, en medio de sanciones estadounidenses y la corrupción, admitida en marzo de 2023 por el gobierno del presidente Nicolás Maduro.
Estados Unidos alivió limitada y temporalmente algunas de las sanciones económicas como parte de la firma de acuerdos políticos y electorales entre el oficialismo y la oposición. Esa decisión incluyó una licencia general y prorrogable para permitir transacciones por operaciones petroleras y de gas en Venezuela por los siguientes seis meses.
El mandatario venezolano ha reiterado que Venezuela está “lista” para abastecer de gas y petróleo al mercado energético mundial y ha insistido en la urgencia de levantar todas las sanciones económicas extranjeras contra su administración.
“Venezuela sufrió un empobrecimiento sin precedentes en la historia del hemisferio occidental“
Antes de esos avances en las negociaciones políticas y económicas de octubre con la oposición y Estados Unidos, Maduro atribuyó la crisis económica interna a esas sanciones, que llama “medidas coercitivas unilaterales”, y denunció durante 4 años el “secuestro” de activos, como la filial petrolera Citgo y el oro depositado en bancos ingleses.
Habiéndose estabilizado en 2022 en una cuota promedio superior a 700.000 barriles, la caída de la actividad petrolera venezolana ha transcurrido en medio de una crisis social sin precedentes en América: por primera vez una nación americana experimentó ocho años consecutivos (2013-2021) de caída de su actividad económica.
“Sin haber tenido una guerra, nosotros hemos experimentado una destrucción masiva de nuestra economía”, valora el exdirectivo de PDVSA José Toro Hardy.
La crisis en PDVSA, pulmón del presupuesto de la nación durante décadas, tuvo un impacto social negativo que el experto petrolero califica como “masivo” y que oenegés locales y foráneas llaman una “emergencia humanitaria compleja”.