La mayoría de los 31 aliados de la OTAN firmaron el Tratado de las Fuerzas Armadas Convencionales en Europa, que buscaba evitar que los bandos enfrentados en la Guerra Fría concentrasen fuerzas en las fronteras mutuas o en sus inmediaciones. Se firmó el noviembre de 1990, pero no se ratificó plenamente hasta dos años más tarde.
Según la OTAN, “una situación en la que los Estados Aliados Parte acaten en Tratado mientras que Rusia no lo hace, sería insostenible”.
Moscú anunció antes en el día que había completado su retirada del tratado, también llamado FACE. La medida, que se esperaba desde hace tiempo, se produjo luego de que ambas cámaras del parlamento ruso aprobaron un proyecto de ley presentado por el presidente, Vladímir Putin, que denunciaba el acuerdo. El mandatario sancionó la norma en mayo.
El tratado era uno de los principales acuerdos alcanzados en la época de la Guerra Fría entre Rusia y Estados Unidos que han dejado de estar en vigor en los últimos años. Rusia suspendió su participación en 2007, y en 2015 anunció su intención de retirarse por completo del pacto.
En febrero de 2022, Moscú invadió Ucrania, enviando cientos de miles de tropas al país vecino, que también comparte frontera con Polonia, Eslovaquia, Rumanía y Hungría, todos miembros de la OTAN.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia dijo que el proceso de retirada formal del tratado se ha completado, pero no especificó qué implicaba. Culpó a Estados Unidos y a sus aliados de la retirada y de la supuesta “posición destructiva” de Occidente con respecto al tratado.
En respuesta, la Alianza atlántica anunció que sus socios firmantes “tienen la intención de suspender el Tratado FACE durante el tiempo que sea necesario, de acuerdo con sus derechos en base al derecho internacional. Esta es una decisión que los aliados de la OTAN respaldan plenamente”.
La OTAN subrayó que sus miembros seguían comprometidos para “reducir el riesgo militar y evitar las percepciones erróneas y los conflictos”.