Actos simbólicos y contratos privados, únicas opciones frente al inexistente matrimonio igualitario en Venezuela
Vestidas de blanco y con velo, Yaury Mejías, de 39 años, y Génesis Millán, de 33, intercambian anillos, se besan y se dedican palabras de amor, frente a un religioso que bendice la unión y un grupo de invitados que, nostálgicos, no paran de aplaudir.
Es una ceremonia simbólica en el exterior de un bar en Caracas: en la conservadora Venezuela, la Constitución establece que el matrimonio es entre un hombre y una mujer. Y el chavismo gobernante no da señales de que eso pronto vaya a cambiar.
“Si el Estado nos niega derechos nosotros salimos a conquistarlo», dice a la Voz de América Mejías, que por años soñó con este momento.
“Vamos a buscar todas las herramientas jurídicas que podamos para protegernos y resguardar nuestro amor como lo hace cualquier pareja en nuestro país”, sigue esta mujer que es activista del colectivo y participó antes en manifestaciones por derechos.
Venezuela está atrás en la fila de Latinoamérica en cuanto a derechos de la población LGBTI (lesbianas, gays, bisexuales, transexuales e intersexuales).
En este país, las parejas del mismo sexo no sólo no pueden casarse, tampoco pueden adoptar o tomar decisiones médicas sobre su compañero o compañera. Mucho menos heredar o pedir un crédito como pareja.
Edniomar Cedeño, de 40 años, y Nelfer Angarita ,de 27, también recibieron la bendición en este “acto de resistencia”.
“Buscábamos protección, reconocimiento, vistosidad, que nos vieran , que más allá de tener fuerzas para gritar, para hablar, es para que nos escuchen”, sigue Edniomar.
Ambas parejas firmaron un contrato privado.
«Más allá de la ceremonia y del acto simbólico, es el poder proteger a mi compañera de vida, el poder saber que si algo me sucede ella va a poder tomar decisiones y que no va a quedar desamparada», insiste Mejías.
El matrimonio gay es legal en ocho países de América Latina y en varios estados mexicanos. Cuba es el país que más recientemente permitió estas uniones.
Los países que dijeron “sí” al matrimonio igualitario en América Latina: Argentina, 2010; Brasil, 2013; Uruguay, 2013; Colombia, 2016; Ecuador, 2019; Costa Rica, 2020; Chile, 2021, y Cuba, 2022.
“Estado homófobo”
En 2008, el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela sentenció que el texto constitucional «no prohíbe ni condena las uniones de hecho entre personas del mismo sexo». Pero la Asamblea Nacional no ha legislado.
La abogada Tamara Adrián lamenta que “el debate ni siquiera está en el tapete público”.
“Es un Estado homófobo, un Estado homófobo es aquel que por acción un omisión se opone a los derechos de las personas homosexuales», sigue.
En 2020, el presidente Nicolás Maduro dijo que dejaba “esa tarea a la próxima Asamblea Nacional, la tarea del matrimonio LGTB”.
Cuatro años después, el tema sigue en la gaveta.
“Me siento desprotegida”
“Me siento totalmente desprotegida”, dice a VOA Daniela Doffiny, de 37 años, que ha barajado la posibilidad de viajar a otro país para casarse con su novia.
Para ella la importancia del matrimonio, “más que a nivel simbólico y familiar, es un tema legal”.
Y a la desprotección legal se suma también algunos casos de rechazo social.
“Evidentemente se siente el rechazo, las miradas, lo incómodo de toda la situación, porque a veces te sientes como el extraterrestre del lugar”.
“Eso es frustrante, a veces (…) quieres no pensar en eso, pero cuando llegas a tu casa te das cuenta que no estás en el lugar correcto”.
[Adriana Núñez Rabascall colaboró en la producción de esta historia]
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