La organización Prisoners Defenders publicó este lunes su informe mensual, en el que registra que al cierre de agosto hay 1.105 presos políticos en Cuba, 15 menos que el mes anterior debido a trece cumplimientos íntegros de condena, una expatriación forzosa y un suicidio.
La entidad, que tiene su sede en Madrid, subraya los casos de al menos 62 presos por razones políticas con trastornos de salud mental diagnosticados, agravados por la falta de atención especializada y medicamentos y los abusos que padecen por parte de carceleros y reos comunes.
Entre los nombres citados están los de los prisioneros políticos José Antonio Gómez León, con trastornos de salud mental; Ismael Rodríguez González, con trastornos de la personalidad, bipolaridad y discapacidad cognitiva; Marlon Noval Alonso, bipolar; Adrián Cao Tejera, epiléptico e hipertenso y Javier González Fernández, con severa depresión, ansiedad generalizada e insomnio crónico resistente.
Estos presos “están encarcelados en prisiones ordinarias sin atención psiquiátrica, sin medicamentos, siendo víctimas de abusos por parte de funcionarios y de presos comunes, con la aquiescencia de los primeros, lo que conlleva a que sufran cuadros de ansiedad, que en muchos casos terminan en intentos o consumaciones de suicidio, como ha sido el caso del prisionero político del 11J Yosandri Mulet Almarales quien perdió la vida el pasado 26 de agosto al tirarse desde un puente justo antes de regresar de un permiso penitenciario”, dijo a Martí Noticias, Karen Herrera, directora jurídica de Prisoners Defenders.
Asimismo, Prisoners Defenders recalca «la falta de alimentación, la nula atención médica y la negación de medicamentos”, tres elementos de tortura típicos de las cárceles cubanas.
Según su registro, 329 de los 1.105 prisioneros por razones políticas padecen «graves patologías que ponen en riesgo sus vidas», entre las que destacan los enfermos de diabetes, hipertensión, isquemia cerebral, hepatitis B, desnutrición, anemia y cáncer.
Al respecto, el informe pone el ejemplo de Lizandra Góngora Espinosa, que padece fibroma uterino, a la cual el Estado no provee asistencia médica ni las medicinas que requiere.
Agrega que 30 menores de edad siguen en la lista de presos políticos, de los cuales 28 cumplen sentencia y dos están siendo procesados penalmente «con medidas cautelares sin tutela judicial alguna».
En este sentido, Prisoners Defenders destaca que la edad penal mínima en Cuba son los 16 años.
Quince de los menores fueron condenados por Sedición, con una pena media de cinco años de privación de libertad.
También denunció los tratos «discriminatorios y abusivos» que sufren las 117 mujeres que, según su registro, cumplen condenas por motivos políticos.
El comunicado añadió que desde julio de 2021 -cuando se registraron las mayores protestas antigubernamentales en décadas en la isla- «Cuba ha totalizado 1.583 presos políticos presentes en sus cárceles».
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