Este artículo de Sarah Teich y Michael Lima Cuadra fue publicado originalmente en Inside Policy con el título Canadá debe cerrar el escape de transmisión en la campaña de guerra de información de Rusia y reproducido en Martí Noticias por cortesía de su autor.
Como aliado clave de Rusia en el hemisferio occidental, Cuba conspira regularmente en la guerra de información liderada por Rusia en las Américas, utilizando plataformas como Twitter, Instagram y WhatsApp para difundir desinformación.
Si bien contrarrestar las campañas de propaganda en Internet es difícil, si no imposible, en las democracias, Canadá puede regular lo que se transmite en las pantallas de televisión nacionales, como lo demuestra la prohibición del acceso a dos emisoras rusas.
Sin embargo, es sorprendente que se haya hecho muy poco para cerrar una fuga que potencialmente permite a Cuba llegar a los canadienses con la insidiosa propaganda del Kremlin.
Las tácticas de Cuba reflejan el enfoque preferido de Rusia de elegir temas polémicos para sembrar la división. Por ejemplo, la inteligencia estadounidense desclasificada indica que la desinformación de Cuba incluye la falsa sugerencia de que el apoyo de Estados Unidos a Israel y Ucrania desvía recursos de la ayuda estadounidense en caso de desastre.
Combatir la guerra de información de los regímenes autoritarios es esencial para proteger la democracia canadiense. El gobierno federal aparentemente ha estado de acuerdo: después de la invasión rusa de Ucrania en 2022, la Comisión Canadiense de Radio, Televisión y Telecomunicaciones eliminó a RT (antes conocida como Russia Today) y RT France de su lista de servicios y estaciones de programación no canadienses autorizados para su distribución en Canadá.
Si bien esta decisión fue bien recibida, Cubavisión Internacional continúa retransmitiendo la programación de RT potencialmente accesible en Canadá, incluidos episodios que culpan a Occidente de inventar la masacre de Bucha en marzo de 2022 y vinculan la guerra de Ucrania con la expansión de la OTAN.
Aunque Cubavisión Internacional no se transmite actualmente en los principales proveedores de servicios canadienses, su autorización como programa no canadiense significa que cualquier proveedor, incluidos los más pequeños, podría transmitir su programación sin previo aviso.
Estudios recientes destacan el alcance preocupante de la propaganda rusa. Brian McQuinn, codirector del Centro de Inteligencia Artificial, Datos y Conflicto, describió recientemente cómo Rusia ha desarrollado campañas de desinformación organizadas en X, dirigidas a los canadienses para reducir el apoyo a Ucrania, involucrando a más de 200.000 cuentas que han compartido contenido a millones de personas.
La autorización de Cubavisión Internacional en Canadá mantiene otra herramienta en la red de desinformación del presidente ruso Vladimir Putin.
En los últimos años, las organizaciones canadienses de derechos humanos han solicitado al CRTC que elimine varios canales vinculados a regímenes autoritarios de China, Rusia y Cuba. Sin embargo, este proceso sigue siendo un desafío para la sociedad civil.
El director ejecutivo de radiodifusión del CRTC, Scott Shortliffe, señaló que si bien la comisión recibe cientos de quejas al año, nunca ha revocado la licencia de un canal únicamente por transmitir noticias falsas o engañosas. La única excepción fue RT y RT Francia, que fueron eliminadas a pedido del Primer Ministro Justin Trudeau, tras acciones similares en la Unión Europea.
A medida que los regímenes autoritarios utilizan cada vez más la desinformación y la información errónea como arma, el CRTC debe garantizar que sus políticas se apliquen de manera coherente y que los autócratas no puedan aprovechar estas lagunas.
RT y RT Francia todavía tienen permitido emitir programas en Canadá si Cubavisión Internacional retransmite sus programas. La desinformación rusa sigue proliferando si los programas y estaciones no canadienses vinculados con otras dictaduras continúan participando en su guerra de información.
La eliminación de autorizaciones debe hacerse con cautela y siguiendo el debido proceso, pero debe hacerse siempre que esté justificado, con o sin una solicitud del Primer Ministro.
Se necesita un fuerte compromiso político del gobierno canadiense para combatir la guerra de información de los regímenes autoritarios, y las políticas deben considerar la creciente colaboración entre regímenes autoritarios.
Rusia y China colaboran cada vez más con otras dictaduras, incluidas Cuba, Irán y Venezuela, y hasta que el gobierno canadiense comprenda y aborde adecuadamente estas redes, las medidas adoptadas para proteger a los canadienses de la interferencia extranjera autoritaria y la guerra de información probablemente no serán suficientes.
Es fundamental actualizar las políticas y los enfoques de las autorizaciones y expulsiones del CRTC, que sean eficaces, coherentes internamente y estén en sintonía con estas realidades cambiantes, para proteger la democracia canadiense y a los canadienses.
Sarah Teich es abogada internacional de derechos humanos, investigadora principal del Instituto Macdonald-Laurier y cofundadora y presidenta de Human Rights Action Group.
Michael Lima es investigador y director de Espacios Democráticos, una ONG que busca la solidaridad en Canadá con los defensores de los derechos humanos y la sociedad civil en Cuba.
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