Ataques y expansión armada marcan proceso de paz con la mayor disidencia de las FARC 

El anuncio de un nuevo bloque armado por parte del Estado Mayor Central (EMC) de las disidencias de las FARC, y el aviso de incrementar los ataques contra la Fuerza Pública, generan tensiones en un proceso de paz marcado por varios reveses y dificultades.

El proceso de paz entre el gobierno colombiano y el EMC, la principal disidencias de las FARC atraviesa un complicado camino, la suspensión del cese el fuego el pasado mes y la reanudación de las operaciones militares del ejército contra los rebeldes tras el asesinato de una líder indígena en manos de este grupo, son muestra de la dificultad por las que han pasado las conversaciones.

El anuncio de la creación de un nuevo frente armado de los alzados en armas, es para los analistas consultados por la Voz de América una “muestra” de las dificultades que han terminado por impedir que este proceso de diálogo “alcance” los resultados esperados.

Si bien el jefe negociador del gobierno en la mesa de conversaciones de paz con el EMC, Camilo Gonázalez Posso, confirmó la continuidad de los diálogos con este grupo rebelde, para Andrés Aponte, politólogo e historiador de la Universidad de los Andes de Bogotá, el anuncio por parte de los insurgentes de la creación de una nueva estructura armada pueden generar más obstáculos en el proceso.

“La creación de esta nuevo bloque armado del EMC tiene dos mensajes principales, el primero es que no ha sido interpretado de la mejor manera por parte de la opinión pública y por parte de críticos del proceso de paz, y la segunda es un mensaje de las estructuras del EMC a su comando central y a la misma mesa de diálogos en el sentido que es una organización más federada que no comparte ideas de sus pares que están sentados en la mesa”, indicó Aponte.

En los últimos días, los rebeldes también habían anunciado ataques a las unidades militares y advertido a la población de alejarse de las guarniciones militares para evitar ser víctimas de los hostigamientos, hechos que para el analista en conflicto y profesor de la Universidad Externado de Bogotá, Rafel Piñeros, complican los avances y agravan las crisis.

“El Estado Mayor Central ha dicho que el gobierno no ha cumplido con las condiciones que se establecieron en la mesa de negociación, pero quienes han particularmente incumplido ha sido el EMC que han producido secuestros, hostigamientos y asesinatos a miembros de la fuerza pública y de la sociedad civil, entonces ahí siento que el gobierno se puede estar quedando sin material o sin el respaldo político para avanzar en los diálogos”, explicó.

Además, de acuerdo con el ministro de Defensa, Iván Velásquez, el Estado Mayor Central se ha “aprovechado” del cese el fuego para crecer y fortalecerse militarmente.

“Sabemos que han aprovechado el cese al fuego para tratar de incrementar el control ilegal del territorio, por eso las Fuerzas Militares vienen contrarrestando el accionar criminal de estas organizaciones ilegales”, dijo Velásquez .

En ese sentido, de acuerdo al informe de la Fundación Conflict Responses (Core), una organización que se encarga de analizar el conflicto armado en Colombia, destaca que al EMC además de su interés económico por las rutas del narcotráfico lo motiva un interés “político” y “emocional”, que busca tener un acuerdo de paz diferente al que logró el gobierno colombiano con las extintas FARC en 2016.

Con este panorama, remarca Andrés Aponte que el ejecutivo colombiano “debería” optar por una paz negociada parcial con las estructuras que “verdaderamente” tienen la voluntad de dialogar a fin de “evitar” más reveses en el proceso.

“Eso sin duda representa un gana y gana en el sentido de que se le está quitando hombres y armas a la guerra y representaría la posibilidad de mostrarle a los otros actores armados que por medio de los acuerdos que se pactaron de que el Estado sí tiene palabra y puede haber un cumplimiento de lo acordado”, destacó.

Además, agregó, que esto no “puede ir desligado de una estrategia de seguridad porque no se puede seguir permitiendo el crecimiento de estas estructuras».

La crisis se agudizó en el mes de marzo cuando el presidente Gustavo Petro, llamó narcotraficante “vestido de revolucionarios” al máximo comandante del EMC, alias Iván Mordisco, y lo acusó de asesinar civiles, generaron la rápida respuesta del jefe del grupo insurgente quien acusó al mandatario de “traicionarlos”.

En ese sentido, para Rafel Piñeros, a la turbulencia generada en los diálogos por este cruce de palabras, el gobierno del presidente Gustavo Petro sigue “arriesgando” demasiado en un proceso que requiere resultados de ambas partes para ganar confianza ante la opinión pública.

“El EMC no está arriesgando en nada porque no hemos visto una disminución de violencia por parte de este grupo, por esa razón quien se expone más es el gobierno nacional por eso se debería asumir que hay unas líneas rojas que si no las hay se deberían trazar y que de sobrepasarse se apunte al levantamiento de los diálogos porque tal vez no haya la voluntad política por parte de este grupo” comentó.

El gobierno comenzó en octubre del año pasado conversaciones de paz con el EMC, el grupo disidente de las extintas FARC que no firmaron el acuerdo de paz de 2016.

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