¡Azúcar! La historia detrás del grito de guerra de Celia Cruz

Después de terminar su comida, el camarero le ofreció un café y le preguntó si lo quería con azúcar o sin azúcar. Con su característico humor, Celia respondió: «¡Pues claro que todos los negros tomamos café!».

La interacción continuó con el camarero preguntando: “¿Cómo lo quieres, con azúcar o sin azúcar?”. Celia, sorprendida por la pregunta, respondió: “Chico mira: Tú eres cubano. Tú sabes bien lo fuerte que es el café de nosotros. ¿Cómo me vas a preguntar si con azúcar o sin azúcar? ¡Con azúcar, chico!”.

La transformación en grito de guerra

La anécdota no quedó solo en una conversación. Esa noche, Celia tenía un espectáculo en Montmartre, un cabaret en Miami.

Durante sus presentaciones, solía contar historias para entretener al público mientras la orquesta descansaba. Ese día, el cuento del café fue el centro de su charla.

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El relato fue tan bien recibido que se convirtió en un pedido constante del público. «¡Celia Cruz, el cuento del azúcar!», pedían. Cansada de repetir la historia, un día decidió hacer algo diferente.

Cuando la anunciaron, bajó las escaleras gritando “¡Azúcar!”. La respuesta del público fue aplaudir con mucha emoción. Desde entonces, ese grito se volvió su sello personal.

El legado del “¡Azúcar!” de Celia Cruz

Celia Cruz reconoció que, a partir de ese momento, el grito de “¡Azúcar!”, no pudo ser eliminado de su repertorio.

Por lo tanto, comenzaba y terminaba sus actuaciones con esa palabra, convirtiéndola en un símbolo de su identidad y conexión con su público.

Incluso en su vida personal, su marido Pedro, con quien estuvo casada más de 50 años, fue parte de esta historia. Celia bromeaba diciendo: “De tanto gritar ‘¡Azúcar!’, el pobre Pedro se me ha puesto diabético, imagínate”.

¿Qué significa para los fans de Celia Cruz?

No solo es una palabra, sino un símbolo de alegría, energía y la herencia cultural cubana. Para muchos, escuchar a Celia gritar “¡Azúcar!”, evoca recuerdos de sus poderosas presentaciones y su inigualable presencia en el escenario.

Este grito también se ha convertido en un emblema de identidad para la comunidad cubana y latina en general. Es una representación del sabor, la pasión y la dulzura de la vida, valores que Celia Cruz transmitía a través de su música y su personalidad.

Además, “¡Azúcar!”, simboliza la resiliencia y el optimismo. A pesar de las adversidades, Celia siempre mantenía una actitud positiva y una sonrisa en su rostro. Este grito se convirtió en una manera de decir que, a pesar de todo, la vida siempre tiene algo dulce que ofrecer.

Conclusión

El grito “¡Azúcar!”, de Celia Cruz, no es solo una palabra, sino una representación de su alegría, su identidad cubana y su conexión con el público.

Lo que comenzó como una simple anécdota en un restaurante se transformó en un símbolo eterno de la energía y pasión de Celia Cruz. Para sus fans, “¡Azúcar!” es un recordatorio constante de la increíble artista y persona que fue Celia Cruz.