Bogotá vuelve a racionamientos estrictos de agua para no llegar “al día cero” sin el recurso hídrico
Los preocupantes bajos niveles de los embalses que garantizan el agua a Bogotá, tras una sequía prolongada y la falta de lluvias significativas en la cuenca alta de los ríos, tienen en alerta a los habitantes de la capital colombiana, ante la posibilidad de medidas más severas de racionamiento si la ciudad “alcanza el día cero” en sus embalses.
Desde que los embalses llegaron a menos del 50 % en abril, a consecuencia de un fenómeno de El Niño prolongado, Bogotá empezó a aplicar cortes de agua diarios por sectores para garantizar el servicio. La medida se aplicó hasta el 30 de junio, cuando la ciudad alcanzó la meta de consumo de 15 metros cúbicos por segundo por hogar.
Desde entonces, se aplica un racionamiento día de por medio. Sin embargo, las lluvias no aparecen sobre el sistema Chingaza, el conjunto de embalses que surten de agua a Bogotá, y la ciudad volverá a incorporar un racionamiento diario con la prohibición de usar agua para el llenado de piscinas, el lavado de fachadas de edificios, andenes y vehículos, así como para el riego de canchas deportivas, jardines y parques.
La sequía y el posible endurecimiento de los cortes en el servicio de agua plantean mayores desafíos a los habitantes de Bogotá. La Voz de América visitó a doña Mercedes Díaz, quien vive junto a su familia de cinco personas en el occidente de la urbe.
Ella dice que se han adaptado al racionamiento bajando el consumo en su hogar, sin embargo, menciona que un racionamiento más estricto plantea desafíos e incertidumbre.
“El día de racionamiento trato de recoger lo que más se pueda en estos recipientes, primero para el almuerzo y después para el consumo diario. Esa agua para lavar las verduras del almuerzo uno trata de reciclarla junto a la del lavado de la losa, que se deja para los baños. No se desperdicia nada”, dice doña Mercedes a la VOA.
Expertos consultados por la VOA señalaron que las medidas no han sido suficientes y se deben estudiar alternativas, planteando un cambio en la infraestructura para garantizar el servicio a futuro.
“Infortunadamente, en este momento lo único que nos queda es reducir el consumo. Reducir el consumo significa que en cada hogar se gaste menos», explicó a la VOA Andrés Vargas, docente investigador del área de análisis, planeación y gestión del recurso hídrico de la Facultad de Ingeniería Hidráulica de la Universidad Javeriana de Bogotá.
«Pero esto nos tiene que hacer pensar en qué hacer a mediano plazo, que es lo importante, y eso implica hacer planes serios en muchos niveles. El primero es aprovechar cada gota de agua lluvia que cae en Bogotá en época de lluvias”, agregó.
El alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, mencionó en rueda de prensa el viernes que el sistema de embalses Chingaza “está actualmente en el 45,4 %” y que, de llegar al día cero, medido en un 36 %, la ciudad adoptará medidas restrictivas más severas.
»2024 está en camino de superar a 1995 como el año más seco en el Sistema Chingaza. Ante la falta de lluvias, Bogotá vuelve al esquema inicial de racionamiento de agua», dijo el mandatario local.
En ese sentido, el Ministerio de Ambiente de Colombia anunció que, ante la crítica situación y para garantizar el suministro a la ciudad, que cuenta con más de ocho millones de habitantes, se prepara una resolución para que el consumo mensual de metros cúbicos de agua por hogar no supere los 12 metros.
La decisión castigará con el doble del costo actual de la factura si el consumidor sobrepasa el consumo promedio establecido.
Estela Calderón, una de las integrantes de la familia de doña Mercedes, dice que la medida busca evitar un desabastecimiento total “es algo complicada, bajar de los 24 metros cúbicos por mes a 12 es difícil, pero es cuestión de ponernos la mano en el corazón y de continuar bajando un poco el consumo por eso aquí con el agua reciclada lavamos los pisos”.
Desde abril cuando comenzó el racionamiento se tenía previsto que el sistema Chingaza alcanzará un 70 % de su capacidad para octubre, pero las lluvias previstas por el fenómeno de La Niña no llegaron y ahora la ciudad vuelve a medidas más austeras para que la ciudad pueda llegar a fin de año con reservas.
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