Cientos de policías registran una propiedad para detener a un predicador filipino acusado de abusos

Cientos de agentes de policía, respaldados por escuadrones antimotines, registraron el sábado un enorme complejo religioso en una ciudad del sur de Filipinas en busca de un predicador local acusado de abusos sexuales y tráfico de personas, según la policía.

Un simpatizante del grupo, llamado Reino de Jesucristo, habría muerto de un ataque al corazón durante la vasta operación policial que comenzó al amanecer en el complejo de la ciudad de Davao, que fue emitido en vivo por una televisora local propiedad del grupo, añadió la policía, que apuntó que el deceso no estuvo relacionado con el operativo.

Los agentes emplearon equipos capaces de detectar a personas detrás de muros de concreto. Pero a media tarde no habían encontrado rastro alguno de Apollo Quiboloy en el recinto, de unas 30 hectáreas y que cuenta con una catedral, una escuela, una zona residencial, un hangar y una pista que lleva al aeropuerto internacional de Davao.

Quiboloy y su abogado han negado las acusaciones contra él y su organización, y señalaron que fueron inventadas por sus detractores y antiguos miembros expulsados tras cometer irregularidades.

Los seguidores de Quiboloy, muchos de los cuales grabaron la operación policial con sus celulares, gritaron a los agentes, pusieron en duda la legalidad del cateo y declararon la inocencia del predicador, que era firme partidario y asesor espiritual del expresidente Rodrigo Duterte.

Duterte ha criticado otras operaciones multitudinarias para capturar a Quiboloy calificándolas de exagerados.

Quiboloy sostiene que es el hijo designado de Dios. En 2019, afirmó que impidió que un terremoto de gran intensidad remeciese el sur de Filipinas.

Nicolas Torre III, general de brigada de la policía que comandó la operación, dijo que los agentes querían ejecutar las órdenes de detención contra Quiboloy por varios delitos, incluyendo abusos a menores y tráfico de personas. Justificó el enorme despliegue alegando que había más de 40 edificios para revisar en el complejo religioso, donde entraron muchos seguidores de Quiboloy y se opusieron a la redada de forma ruidosa.

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