El gobernante cubano Miguel Díaz-Canel admitió el incremento de las adicciones a las drogas y la violencia en la Isla, problemas que antes había negado, calificando los informes al respecto como “noticias falsas” destinadas a desacreditar al país.
“El reconocimiento de la violencia y la drogadicción -que están vinculados ambos fenómenos- por parte del Gobierno, me parece un primer paso importante después del estado de negación en el que las mismas autoridades del Estado y el Gobierno y de la Policía se habían inmerso, negando el incremento de la violencia de todo tipo en la sociedad cubana”, indicó a Martí Noticias el intelectual y activista Manuel Cuesta Morúa, uno de los promotores de Shanti, una iniciativa que impulsa una agenda coordinada para afrontar y superar la violencia en el país.
“Justamente, cuando nosotros salimos adelante con la propuesta Shanti, la primera reacción del Estado y del gobierno fue negar el hecho de que había esa violencia, y dijo que todo era una creación de las redes sociales”.
En junio del año pasado, Díaz-Canel aseguró que “hay un manifiesto empeño imperial de crear un clima de inseguridad y de desconfianza ciudadana que fracture la unidad popular” en la Isla y que “constantemente se exagera cualquier hecho delictivo, fundamentalmente los casos con violencia”.
Durante el discurso de clausura, el pasado viernes, del tercer período de sesiones de la Asamblea Nacional en su décima legislatura, Díaz-Canel reconoció que la indisciplina social y el vandalismo también han aumentado en los últimos tiempos.
El gobernante atribuyó el aumento de estos flagelos sociales a “las sostenidas carencias y limitaciones” económicas.
“En realidad, las causas son múltiples. Una que tiene que ver con la narrativa, el lenguaje, el relato y la manera en que el Estado ha trabajado durante mucho tiempo con la sociedad, el arreglo de los conflictos sociales. La violencia es parte de ese Estado y es parte de ese gobierno y, en este sentido, hay una violencia refleja que se expande, que crece cuando comienzan a debilitarse los lazos sociales, los valores sociales y, al mismo tiempo, no aparece en las referencias fundamentales para la convivencia civilizada y pacífica de las comunidades”, señaló Cuesta Morúa.
Agregó que el debilitamiento de valores, unido a la situación económica, es una de las causas fundamentales de la violencia y la proliferación de las adicciones:
“Sobre todo en las zonas más marginadas en la sociedad, pero esto es un tejido donde se han perdido valores claves de convivencia, porque no siempre la pobreza genera violencia, pero, en las condiciones de Cuba, están muy asociadas a esto. Y eso explica también la violencia feminicida, esa deriva en la que se ha situado la sociedad cubana, y otros tipos de violencia también que están afectando la convivencia en el presente y, por supuesto, de cara al futuro”, recalcó Cuesta Morúa.
Falta de oportunidades, alcoholismo y consumo de drogas
El consumo de alcohol y drogas puede ser un intento inconsciente de autotratarse por otro problema, por ejemplo, la depresión y la ansiedad.
Cuando las personas, particularmente los jóvenes, se sienten infelices y no pueden encontrar una salida saludable para sus frustraciones, pueden recurrir a sustancias químicas en busca de consuelo, señaló la activista Marielena Mir Marrero, miembro de Shanti.
“La falta de oportunidades que tienen los jóvenes cubanos que ven su futuro tronchado, sus necesidades no cubiertas, no hay recreación, cogen una carrera y ven que no pueden ejercerla porque no hay un salario digno para estos jóvenes, el modo de escape es la droga y la bebida”.
El consumo de alcohol y drogas puede hacer a los adictos falsamente felices, inconscientes, acotó.
“Es un sistema político que ha devastado a la población en Cuba, a los jóvenes de los que un gran por ciento se ha ido del país y los que quedan, que no han tenido esa posibilidad, el único método que pueden encontrar es poner sus mentes en blanco, no pensar: optan por estas decisiones, muy a pesar de nosotros que venimos denunciando esta situación hace mucho tiempo”, resaltó Mir.
Una de las drogas más populares es «El Químico”, que, barato y asequible, produce efectos que van desde la extrema relajación hasta comportamientos violentos.
Hasta el momento no han sido publicadas cifras de la población afectada con las drogas o con delitos violentos.
Ante la falta de transparencia del gobierno y la poca divulgación del tema en la prensa estatal, los cubanos han apelado a las redes sociales para denunciar los robos y asaltos y divulgar vídeos de personas endrogadas.
Las autoridades afirman que las drogas están ingresando a Cuba principalmente por vía marítima, aunque igualmente se utilizan los aeropuertos como rutas de entrada.
Recientemente, el régimen fortaleció las leyes que penalizan la posesión y el tráfico de drogas.
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