El gobierno del presidente Joe Biden anunció el miércoles que dispensó 26 leyes federales para permitir la construcción de muro fronterizo en el sur de Texas, la primera vez que esta administración hace uso de un amplio poder ejecutivo que fue empleado de manera recurrente durante la presidencia de Donald Trump.
El Departamento de Seguridad Nacional publicó el anuncio en el Registro Federal sin dar muchos detalles sobre la obra en el condado Starr, en Texas, el cual forma parte de un sector de la Patrulla Fronteriza que registra un elevado nivel de ingresos ilegales. Según datos del gobierno, se han reportado alrededor de 245.000 ingresos ilegales durante el actual ejercicio fiscal en el sector de Rio Grande Valley, el cual abarca 21 condados.
«Actualmente existe una necesidad imperiosa e inmediata de construir barreras y caminos físicos en las inmediaciones de la frontera de Estados Unidos a fin de evitar ingresos ilícitos hacia Estados Unidos en las zonas del proyecto», dijo el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, en el aviso.
Las leyes de Aire Limpio, Agua Potable Segura y Especies en Peligro fueron algunas de las leyes federales que el Departamento de Seguridad Nacional (DHS por sus iniciales en inglés) dispensó con el fin de permitir la obra, la cual utilizará fondos que el Congreso asignó en 2019 para la construcción de un muro fronterizo. Las dispensas evitan perder tiempo en revisiones y demandas por la violación de leyes ambientales.
Las accidentadas tierras en el condado de Starr, que se ubican entre Zapata y McAllen, albergan a unos 65.000 habitantes en una extensión de 3.108 kilómetros cuadrados (unas 1.200 millas cuadradas) que forman parte del Refugio Nacional de Vida Silvestre Lower Rio Grande Valley.
Aunque no se dieron a conocer mapas durante el anuncio, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP por sus iniciales en inglés) dio a conocer el proyecto en junio pasado y comenzó a recibir comentarios públicos en agosto, cuando difundió un mapa de la obra adicional que puede añadir hasta 32 kilómetros (20 millas) al sistema de barreras fronterizas existentes en la zona. El juez del condado de Starr Eloy Vera dijo que la obra comenzará al sur de la presa Falcon y se extenderá más allá de Salineño, Texas.
«La otra inquietud que tenemos es que la zona es sumamente erosiva. Hay muchos arroyos», dijo Vera.
Es una preocupación que comparten los activistas ambientales, quienes aseguran que las estructuras atravesarán tierras públicas, y hábitats de plantas y animales en peligro, como el ocelote.
«Un plan para construir un muro atravesará una barrera impermeable directamente hacia el corazón de ese hábitat. Pondrá fin repentino a la migración de especies. Destruirá una enorme cantidad de terrenos protegidos de vida silvestre. Es un horrendo paso en la dirección equivocada para las tierras fronterizas», dijo Laiken Jordahl, activista del Centro para la Diversidad Biológica.
Durante el gobierno de Trump se construyeron alrededor de 724 kilómetros (450 millas) de barreras a lo largo de la frontera entre 2017 y enero de 2021. El gobernador de Texas, Greg Abbott, reanudó esas labores antes de que el gobierno federal las suspendiera al inicio del mandato de Biden.
La decisión del miércoles contrasta con la postura del gobierno de Biden cuando emitió una proclama para poner fin a la obra el 20 de enero de 2021, señalando que «construir un enorme muro que abarque toda la frontera sur no es una solución política seria».
En un comunicado difundido el miércoles, la CBP dijo que el proyecto se apega a la proclama de 2021. «El Congreso asignó durante el año fiscal 2019 fondos para la construcción de barrera fronteriza en Rio Grande Valley, y el DHS está obligado a usar dichos fondos para su fin asignado», indicó el comunicado. «La CBP mantiene su compromiso con la protección de los recursos culturales y naturales de la nación, e implementará prácticas ambientales sólidas como parte del proyecto que cubre esta dispensa».
El anuncio provocó un debate político por un gobierno demócrata que se enfrenta a un creciente número de migrantes que llegan por la frontera sur en los últimos meses, incluidos miles que ingresaron a Estados Unidos por Eagle Pass a finales de septiembre.
«Un muro fronterizo es una solución del siglo XIV a un problema del siglo XXI. No reforzará la seguridad fronteriza en el condado Starr», dijo el representante federal Henry Cuellar en un comunicado. «Seguiré en contra del desperdicio de los dólares de los contribuyentes en un muro fronterizo inefectivo».
Los simpatizantes de la medida dijeron que se deberían usar las dispensas de las leyes como plataforma de lanzamiento para un cambio en la política.
«Después de años de negar que un muro fronterizo y demás barreras físicas fueran efectivas, el anuncio del DHS representa un cambio en la forma de pensar del gobierno: Un muro seguro es una herramienta efectiva para mantener el control de nuestras fronteras», dijo Dan Stein, presidente de la Federación para una Reforma de Inmigración Estadounidense, en una declaración. «Al hacer esa concesión, el gobierno necesita comenzar de inmediato la construcción de un muro a lo largo de la frontera para evitar que el tráfico ilegal simplemente se traslade a otras zonas de la frontera».
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