El gobierno de Estados Unidos recordó este martes el encarcelamiento “injusto” del obispo nicaragüense Rolando Álvarez a 500 días de haber sido apresado y acusado por la justicia afín al presidente Daniel Ortega de supuestos cargos de “traición a la patria”.
Mathew Miller, portavoz del Departamento de Estado, dijo en una nota de prensa que durante estos 500 días de prisión del obispo nicaragüense, las autoridades lo han mantenido “aislado” y han bloqueado “la evaluación independiente de las condiciones de su encarcelamiento”.
“Hacemos un llamado al régimen nicaragüense para que libere inmediata e incondicionalmente al obispo Rolando Álvarez, quien ha estado injustamente detenido durante 500 días. La libertad de creencia es un derecho humano. La continuación de la detención de Álvarez es inadmisible”, dijo Miller en la red social X (antes Twitter).
El funcionario recordó que además de Álvarez, muchos líderes religiosos siguen detenidos “injustamente en Nicaragua”, incluido el obispo Isidoro Mora y varios sacerdotes.
“El régimen Ortega-Murillo continúa imponiendo severas restricciones a las comunidades religiosas y negando a los ciudadanos nicaragüenses la capacidad de practicar libremente sus religiones y expresar sus creencias”, agregó el funcionario.
Las relaciones entre el gobierno de Nicaragua y la Iglesia católica se encuentran fracturadas desde el año 2018, en que surgieron protestas contra el presidente Daniel Ortega las cuales dejaron más de 300 muertos.
Ortega, un mandatario que se denomina de izquierda, ha acusado a la Iglesia católica de apoyar a los manifestantes y de querer deponer su gobierno.
Llamado del papa Francisco
El papa Francisco denunció el lunes la creciente represión contra la Iglesia católica en Nicaragua por parte del gobierno del presidente Daniel Ortega.
Doce sacerdotes y un obispo han sido detenidos en los últimos días en el país, donde Ortega comenzó a reprimir a la Iglesia tras las manifestaciones nacionales de 2018.
«Sigo con preocupación lo que está sucediendo en Nicaragua, donde obispos y sacerdotes han sido privados de su libertad», dijo Francisco. «Expreso mi cercanía en la oración a ellos, a sus familias y a toda la Iglesia en Nicaragua (…) Espero que se pueda seguir el camino del diálogo para superar las dificultades».
[Parte del reporte procede de Reuters]
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