La Fuerza Aérea de Estados Unidos tomó medidas disciplinarias contra 15 de sus miembros, señalando que la falta de acción y control contribuyeron a las llamadas “filtraciones de inteligencia de Discord” que sacudieron a la comunidad de inteligencia del país.
Jack Teixeira, miembro de la Guardia Nacional Aérea, de 21 años, fue arrestado en abril pasado, poco después de descubrirse filtraciones, y enfrenta múltiples cargos por sustraer documentos de un entorno de trabajo seguro y luego publicar la información o fotografías para un pequeño grupo en Discord, una plataforma de redes sociales popular entre los jugadores en línea.
En ese momento, un alto funcionario del Pentágono dijo que las filtraciones, que revelaban información sobre la guerra de Rusia en Ucrania y sobre los aliados de Estados Unidos, representaban “un riesgo muy grave” para la seguridad nacional.
En un comunicado este lunes, la Fuerza Aérea dijo que el comandante de la unidad de Texeira de la Guardia Nacional Aérea, el Ala 102 de Inteligencia, fue sustituido del mando.
Otras 14 personas fueron sometidas a castigos no judiciales en virtud del Código Uniforme de la Justicia Militar de Estados Unidos.
La Fuerza Aérea defendió las acciones, diciendo que los funcionarios de la unidad de Teixeira pudieron y debieron haber tomado medidas que podrían haber mitigado la divulgación inadecuada de inteligencia.
«Los individuos de la unidad de Teixeira no tomaron las medidas adecuadas después de tener conocimiento de sus actividades de búsqueda de inteligencia», dijo la Fuerza Aérea, citando un informe de su inspector general.
«Los líderes no estuvieron atentos al inspeccionar la conducta de todas las personas que fueron puestas bajo su mando», informó la Fuerza Aérea.
La declaración también indica que las filtraciones de inteligencia fueron facilitadas además por “orientaciones inconsistentes para informar incidentes de seguridad” y “procesos ineficaces para administrar acciones disciplinarias”.
«Sin embargo, la investigación no encontró pruebas de que los miembros de la cadena de supervisión de Teixeira estuvieran al tanto de sus supuestas revelaciones no autorizadas», dijo la Fuerza Aérea.
Según el inspector general de la Fuerza Aérea, las pruebas indicaron que los miembros de la 102 Ala de Inteligencia tenían información sobre al menos cuatro incidentes relacionados con actividades cuestionables de Teixeira, y que un número menor de personas «tenían una imagen más completa» de las actividades de Teixeira, pero «no pudieron informar todos los detalles de estos incidentes/preocupaciones de seguridad”.
«Si alguno de estos miembros se hubiera presentado, los funcionarios de seguridad probablemente habrían facilitado la restricción del acceso a los sistemas/instalaciones y alertado a las autoridades apropiadas, reduciendo la duración y profundidad de las divulgaciones no autorizadas e ilegales en varios meses», dice el informe.
El informe del inspector general encontró además que una verificación de antecedentes de rutina detectó preocupaciones sobre Teixeira, pero que los militares le otorgaron autorización de alta confidencialidad de todos modos.
Además, el informe encontró que esas preocupaciones nunca fueron compartidas con la unidad de Teixeira.
«Los detalles aprendidos en las verificaciones de antecedentes no se comparten rutinariamente con la unidad de un miembro», dijo. «Si la unidad hubiera sido consciente de los posibles problemas de seguridad identificados durante el proceso de adjudicación de autorización, es posible que hubieran actuado más rápidamente».
El Pentágono compartió el lunes que el secretario de Defensa, Lloyd Austin, ha sido informado de los hallazgos y acciones de la Fuerza Aérea, y agregó que confía en que los funcionarios estén «tomando las medidas necesarias».
En julio pasado, el Pentágono publicó los resultados de su propia revisión de las filtraciones, pidiendo un endurecimiento de las medidas de seguridad existentes. Pero rechazó la necesidad de una reforma radical.
«No hubo ningún punto único de falla», dijo en ese momento un alto funcionario de defensa, hablando con los periodistas sobre los hallazgos de la revisión bajo condición de anonimato.
«Lo que vemos aquí es que tenemos un ecosistema creciente de instalaciones clasificadas y un cuerpo de personal autorizado», dijo el funcionario. «Dentro de eso tenemos oportunidades para aclarar las políticas, no siempre son los documentos más claros».
Aún así, los funcionarios del Departamento de Defensa han tomado medidas para reducir la cantidad de personas con acceso a información clasificada.
Según un informe de 2017 de la Oficina del Director de Inteligencia Nacional, aproximadamente 4 millones de personas tienen autorizaciones de seguridad estadounidenses, y 1,3 millones tienen autorización para acceder a información ultrasecreta.