México presionó este miércoles a los funcionarios estadounidenses para que reabrieran los cruces fronterizos durante una visita del secretario de Estado, Antony Blinken, y otros representantes de alto nivel de la administración Biden, dijo la ministra de Relaciones Exteriores, Alicia Bárcena.
La delegación de EEUU, que también incluía al secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, y la asesora de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Liz Sherwood-Randall, se reunió con el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador y miembros de su equipo.
La administración Biden está buscando ayuda del gobierno mexicano para reducir los flujos migratorios y hacer frente a un número récord de personas que intentan llegar a la frontera de Estados Unidos, una cuestión clave antes de las elecciones presidenciales de Estados Unidos en noviembre.
Las reuniones tuvieron lugar después de que más de medio millón de migrantes cruzaron este año la peligrosa selva del Tapón del Darién hacia Centroamérica (el doble del récord del año pasado), muchos de ellos huyendo de la delincuencia, la pobreza y los conflictos.
A principios de este mes, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés) cerró temporalmente dos cruces fronterizos ferroviarios con México durante cinco días y cerró otros cruces para redistribuir recursos policiales en respuesta al gran número de migrantes.
Bárcena afirmó que «la importancia de reabrir los pasos fronterizos es una prioridad» para México.
«Estamos hablando de la parte económica, así como de las causas estructurales de la migración», dijo a los periodistas después de las reuniones.
Desde antes de la visita, Blinken dejó abierta la posibilidad de que se abran nuevamente dichos pasos en caso de que México brinde más ayuda.
López Obrador, quien la semana pasada aseguró a Estados Unidos que México ayudaría a aliviar las presiones migratorias, dijo en la mañana que el Congreso de Estados Unidos debería invertir en los pobres de América Latina y el Caribe «en lugar de poner barreras, alambradas de púas en el río, o pensar en construir muros.»
«Es más eficiente y más humano invertir en el desarrollo de los pueblos y eso es lo que siempre hemos propuesto», expresó en su conferencia de prensa diaria.
También dijo que espera que las elecciones estadounidenses del próximo año pongan en primer plano el tema de la migración.
El presidente mexicano dijo en las redes sociales que “la asociación entre Estados Unidos y México es crucial para la prosperidad y la seguridad en nuestros países y en todo el continente americano. Es bueno discutir estos temas y nuestros esfuerzos compartidos para reducir la migración irregular».
Ambas delegaciones acordaron reuniones periódicas para discutir sobre migración, según informó Bárcena, tras la reunión.
Mientras tanto, miles de migrantes y solicitantes de asilo marchaban lentamente hacia el norte desde el sur de México en una caravana con la esperanza de llegar a la frontera con Estados Unidos, muchos de ellos con niños pequeños.
Desde fines de 2021 las autoridades mexicanas optaron por dejar que los migrantes se cansaran e intentaron disolver los grupos ofreciéndoles documentación temporal que, en muchos casos, los extranjeros utilizan para seguir el viaje al norte por su cuenta.
Miles están desperdigados por distintos puntos del país esperando sus citas para pedir asilo en Estados Unidos y mantienen a los albergues desbordados.
En Ciudad de México, a sólo unas calles del Palacio Nacional, donde López Obrador recibió a la delegación estadounidense, está uno de los muchos campamentos improvisados de migrantes que hay en esa capital. En los alrededores de la plaza se estacionan autobuses procedentes de Chiapas.
Otros aprovechan su llegada a la capital para registrarse en la plataforma que Estados Unidos habilitó para los solicitantes de asilo, el CBPOne, y esperan en Ciudad de México que les llegue el mensaje con el lugar y el punto fronterizo donde presentarse.
La cantidad de migrantes que han abordado los trenes de carga para atravesar México ha sido tal que una de las dos principales compañías ferroviarias del país se vio obligada a suspender sus servicios en septiembre por motivos de seguridad.
De ahí que una de las peticiones de la delegación estadounidense podría ser que México haga más por bajar a los migrantes de los trenes, tal como lo hacían las autoridades mexicanas hace una década.
Pero muchos de quienes trabajan en los albergues, la mayoría gestionados por la Iglesia católica, repiten que los migrantes siempre encontrarán las formas de migrar.
[Con información de AP y Reuters]
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