El juego conocido como «La Bolita» no es de origen cubano

¿Sabías que el popular juego conocido como “La Bolita” no es de origen cubano? En este artículo te contamos cómo y cuándo surgió uno de los juegos de azar más populares entre los cubanos. 

El origen de la bolita: una historia que se remonta a Europa y marca la historia de Tampa 

La bolita tuvo su origen en Francia. Este juego, que se asemeja a una ruleta o a una lotería, fue llevado a España durante el reinado de Carlos III y, poco después, introducido en Cuba.  

Su historia en la Isla está vinculada al proceso de emigración ocurrido durante la Guerra Grande, momento en el que el juego saltó de Cuba a Key West y, finalmente, a Tampa, donde comenzó a tomar una relevancia significativa. 

El responsable de su introducción en Tampa fue Manuel Suárez, conocido como “el Gallego”. Este inmigrante español, con una visión empresarial, abrió su primer salón de juego en Key West, y al mudarse las factorías de tabaco a Tampa, encontró un escenario más prometedor para su actividad.  

En 1894, abrió un salón de bolita en el edificio Sevilla, ubicado en la calle Catorce y la Octava Avenida de Ybor City, en pleno corazón de la industria tabacalera. 

Desde el principio, la bolita se ganó una gran aceptación entre los trabajadores de la industria del tabaco, quienes comenzaron a ver en el juego una forma de recreación. Lo que inicialmente era inofensivo, pronto se convirtió en una industria multimillonaria. 

Los bancos de bolita comenzaron a proliferar en toda Ybor City, al igual que otras instituciones creadas por la comunidad de inmigrantes, como bodegas, restaurantes, bares y centros de esparcimiento. Para muchos, la bolita se integró como una parte natural de la vida diaria. 

De un juego a una forma de vida 

Un estudioso local de la época señala que “la bolita se hizo muy popular desde temprano en toda Ybor City, se convirtió en una forma de vida”. Lo que en sus inicios fue un entretenimiento barato y accesible, creció rápidamente hasta convertirse en un negocio de gran escala, superado solo por la producción de puros, que también estaba en auge en la ciudad.  

Durante los años siguientes, se estima que hacia 1927, Ybor City albergaba cerca de 300 bancos de bolita, que recorrían fábricas, casas particulares y oficinas. Esta expansión del juego incluyó no solo a los latinos, sino también a los negros pobres, quienes con frecuencia se convirtieron en los principales consumidores. 

Apuestas, dinero y problemas 

Sin embargo, el dinero y la popularidad del juego trajeron consigo sus propios problemas. A medida que la bolita creció en importancia, también lo hizo la corrupción y la violencia asociada con el negocio.  

A principios de la década de 1920, surgieron nuevas figuras que competían por el control de este lucrativo mercado, como Serafín y Rafael Reina, pero fue Charlie Wall quien lograría consolidar su poder.  

Wall, conocido como “La Sombra Blanca” por su inconfundible estilo con trajes de lino blanco, se convirtió en una figura central del crimen organizado en Tampa. 

A partir de 1928, una feroz guerra por el control de los negocios, no solo de la bolita, sino también de las drogas, el alcohol y la prostitución, se desató en Ybor City. Este conflicto, que involucró a mafias de diversas nacionalidades, incluidos sicilianos, españoles, cubanos, irlandeses y anglos, marcaría el futuro de la ciudad.  

En este clima de violencia, Charlie Wall, quien controlaba la mayoría de los salones de juego, fue desplazado por la familia Trafficante, cuyos miembros, con una estrategia más astuta, consolidaron su dominio tras la muerte de sus rivales. 

Un juego que marcó la historia  

En definitiva, la bolita dejó un impacto profundo en la historia de Tampa. Desde su introducción por parte del Gallego, hasta su papel como uno de los principales motores de la economía de Ybor City, este juego no solo reflejó la vida cotidiana de miles de inmigrantes, sino que también preparó el terreno para la creación de una mafia organizada que involucró a múltiples etnias y se expandió por todo el país.  

Sin duda, la bolita fue más que un simple juego: se convirtió en un fenómeno social y económico que definió el rumbo de una ciudad y su relación con el crimen organizado. 

La Bolita en Cuba 

Aunque actualmente este juego está prohibido en la Isla, tal y como la inmensa de la mayoría de los juegos de azar y apuestas en Cuba. 

Una de las primeras medidas adoptadas por el gobierno de Fidel Castro, fue cerrar este tipo de locales, así como los casinos y las vallas de peleas de gallos, en aras de controlar las apuestas. 

Sin embargo, a día de hoy la bolita es un uno de los juegos clandestinos más conocidos de toda Cuba, por lo que muchos asumen que en realidad el Gobierno solo hace la vista gorda.  

En un país donde la Seguridad del Estado controla cada paso que da el pueblo, es imposible que no sepa de la presencia de bancos clandestinos y de puntos de juegos. Simplemente espera su momento oportuno para hacer redadas y llevarse su parte en el negocio. 

Y tú, ¿conocías la historia de este juego? Déjanos saber en comentarios tu opinión.