Con la intención manifiesta por parte del régimen cubano de captar emigrados que quieran invertir en el país, arracó este sábado en La Habana la Cuarta Conferencia La Nación y la Emigración, que reúne, según informes oficiales, a unos 300 cubanos residentes en el exterior.
Celebrada en el Palacio de las Convenciones, donde el gobierno de la isla efectúa los eventos nacionales e internacionales de mayor envergadura, la conferencia reservaba para este domingo el tema más esperado: desarrollo económico y posibilidades de inversión.
“Esto ocurre en medio de un proceso transformador y revolucionario en nuestra economía, orientado a actualizar el sistema socialista, hacerlo más eficiente y adaptarlo a las realidades actuales del país y del mundo”, dijo en la inauguración de la conferencia el canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla, citado por el portal oficialista Cubadebate.
En la sesión inicial, presidida por el gobernante Miguel Díaz-Canel y que los medios de prensa estatales y funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores ( MINREX) describen como un «debate patriótico», algunos de los participantes señalaron al embargo económico de Estados Unidos a la isla como el principal obstáculo «para establecer vínculos con el país y contribuir a su desarrollo».
En medio de una profunda crisis económica y la mayor oleada migratoria de su historia reciente, que ha visto salir del país en los dos últimos años a más de 400 mil personas, el régimen de la isla ha usado en cada ocasión el mismo argumento para responsabilizar a EEUU y el llamado «bloqueo» por esta situación.
La mayoría de los participantes en la conferencia procede de Estados Unidos, seguidos por residentes en España, México, Panamá, Francia, Italia y otras muchas «latitudes», según dijo a periodistas Laura Pujol Torres, subdirectora general de la Dirección General de Asuntos Consulares y Cubanos Residentes en el Exterior del MINREX.
En su discurso, el canciller cubano celebró la participación «cada vez más activa» de los cubanos residentes en el exterior «en la vida nacional», con énfasis «en la economía y en la actividad comercial”, en un contexto en el que, aseguró, “se amplían las oportunidades para un papel creciente de ellos en el desarrollo del país».
Pero las relaciones del régimen de La Habana con sus emigrados ha tenido más momentos difíciles que de acercamiento desde la llegada al poder, en 1959 de los hermanos Fidel y Raúl Castro.
“Los errores que cometieron en las décadas previas de ver a la gente que salieron como que no son patriotas, eso ha cambiado y el lema de ‘Cuba es para todos’ se ve como algo bonito, pero realmente es algo necesario”, dijo a la agencia de prensa Associated Press el sociólogo cubanoamericano Guillermo Grenier, de la Universidad Internacional de Florida, participante en el evento.
Según el periodista y exprisionero político Pedro Corzo, “al régimen no le interesa crear condiciones de una mejor vida a los ciudadanos en la Isla y menos todavía reconocer los derechos de los emigrados”. En declaraciones recientes a Martí Noticias, el comunicador recordó que, en sus inicios, esta conferencia tenía un objetivo claramente político: «dividir el exilio, crear conflictos en lo que ellos se refieren como emigración y nación”.
Aunque esta nueva conferencia, 19 años después de la última, realizada en 2004, se enfoque en lo económico, el objetivo político sigue en la agenda, señaló Corzo. “Todo esto genera conflictos, divisiones y hace creer a los que están desesperados por una aproximación al totalitarismo cubano, que se están creando espacios, cuando eso no es preocupación de la dictadura”.
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