El Ex embajador de Estados Unidos Víctor Manuel Rochase se declaró el viernes culpable de actuar como agente del régimen cubano y fue condenado a 15 años de prisión.
“Hoy ya no veo el mundo con la mirada radical de mi juventud”, dijo en la audiencia de sentencia que incluye además tres años de libertad supervisada y una multa de 500.000 dólares.
El ex funcionario de 73 años se declaró culpable de conspirar para defraudar a Estados Unidos como agente extranjero y no registrarse como agente extranjero como parte de un acuerdo con el gobierno federal y admitió haber traicionado su juramento de lealtad a los Estados Unidos durante sus «dos décadas en el Departamento de Estado”.
La jueza federal Beth Bloom había rechazado inicialmente este viernes un acuerdo entre la Fiscalía y la defensa del ex diplomático porque consideró que la única víctima no era el gobierno de Estados Unidos y no estaba de acuerdo con la restitución propuesta de medio millón de dólares.
La magistrada también pidió que se le retire la naturalización con la que obtuvo la ciudadanía estadounidense.
“Sus acciones fueron un ataque directo a nuestra democracia y a la seguridad de nuestros ciudadanos”, dijo la magistrada Bloom.
El acuerdo de culpabilidad de Rocha le obliga a compartir con el gobierno estadounidense “una evaluación completa y detallada del daño que se cometió”.
Según Jonathan Douglas Stratton, uno de los fiscales, “fue increíblemente valioso que el acusado no sólo se declarara culpable y admitiera su conducta criminal, sino que continuara cooperando con los Estados Unidos”.
El Departamento de Justicia de EEUU consideró que este caso ejemplifica la amenaza que representa el gobierno de Cuba y demuestra que infiltrar al gobierno de Estados Unidos es una prioridad para el gobierno de Cuba junto a sus aliados, China y Rusia.
El fiscal general de los Estados Unidos Merrick B. Garland aseguró que el caso Rocha «expone una de las infiltraciones de mayor nivel y duración en el Gobierno de Estados Unidos por parte de un agente extranjero”.
“Alegamos que, durante más de 40 años, Víctor Manuel Rocha actuó como agente del gobierno cubano y buscó y obtuvo puestos dentro del Gobierno de Estados Unidos que le proporcionaban acceso a información no pública y la posibilidad de afectar la política exterior estadounidense», dijo Garland.
Una vida al servicio de la dictadura cubana
De acuerdo a documentos judiciales, Rocha, quien tiene 73 años, ha sido hallado culpable de participar en “actividades clandestinas” a favor del régimen cubano desde -al menos- 1981, cuando comenzó a trabajar en el Departamento de Estado.
Durante más de 40 años, Rocha mantuvo encuentros secretos con oficiales de inteligencia del régimen cubano a los que proporcionó información sensible de Estados Unidos.
Rocha aparentaba ser partidario del ex presidente Donald Trump y era cercano a círculos del exilio cubano donde era una voz respetada. Durante algunas entrevistas en medios del exilio cubano repetía una y otra vez que la principal amenaza del régimen cubano a EEUU era un éxodo masivo.
En el año 2023 un agente secreto del Buró Federal de Investigaciones se reunió con Rocha bajo la falsa identidad de «Miguel», un oficial de inteligencia del régimen cubano. En las citas, los oficiales norteamericanos se percataron de que Rocha utilizaba técnicas aprendidas de la inteligencia cubana para evitar seguimientos.
Creyendo que su interlocutor era un agente del régimen de la isla, Rocha alabó a Fidel Castro en las conversaciones que quedaron grabadas y dijo que Estados Unidos era su enemigo. También se refirió a su trabajo a lo largo de décadas contra este país como “más que un grand slam”.
Viajes a Cuba e intentos de burlar el embargo de EEUU
Tras arresto en Miami, se conoció que Rocha intentó comprar derechos de tierras confiscadas tras la llegada al poder de Fidel Castro con el objetivo de promover el fin del embargo, según ha contado su socio Timothy Ashby a la prensa local.
El ex subsecretario adjunto de Comercio para el Hemisferio Occidental viajó a Cuba con Rocha a partir de 2007 para adquirir terrenos, que desviaron a la sociedad offshore Siboney, y negociar con el Gobierno cubano un acuerdo para hacer inversiones.
«Él es la última persona que hubiera pensado que era un agente de la inteligencia cubana. Era fuertemente anticomunista, muy prorrepublicano y bastante conservador. Y lo destacó durante todo el tiempo que lo conocí», dijo Ashby.
Tras su retiro de la política, Rocha ocupó puestos de responsabilidad en XCoal, un exportador de carbón con sede en Pensilvania; Clover Leaf Capital, una empresa formada para facilitar las fusiones en la industria del cannabis; el bufete de abogados Foley & Lardner y la empresa española de relaciones públicas, Llorente & Cuenca.
Registros de la oficina del Secretario del Tribunal y Contralor de Miami-Dade, con fecha del 8 de febrero, reflejan que el acusado transfirió a su esposa, Karla Wittkop Rocha, el título de propiedad de cuatro apartamentos de lujo, valorados en 4 millones de dólares, que están ubicados en el Brickell City Center.
Rocha es representado por la abogada Jacqueline Arango, quien trabaja para el bufete Akerman, de Miami, el cual se autodenomina “a la vanguardia de la política cubana” para ayudar a empresas “a navegar por las complejidades del recién abierto mercado cubano”.
El exilio cubano pidió la máxima condena a Rocha
En las inmediaciones del tribunal en Miami se hicieron presentes diversas organizaciones del exilio cubano, que reclamaban la pena máxima para el espía.
“Es importante que la justicia norteamericana no caiga en el juego de las dictaduras. Es importante que la justicia no defraude al exilio cubano y a la sociedad norteamericana. Rocha es un funcionario del gobierno que trabajó durante años para la dictadura. Hay víctimas por sus delaciones y esa gente merece justicia”, dijo el influencer Alexander Otaola.
Ailyn Zamora, una exiliada que afirma ser hija de un represor y agente de la Seguridad del Estado en activo en Guantánamo también se manifestó.
“Estoy exigiendo justicia por tantos años de inhumanidad para el pueblo cubano, para mi familia y para mí que soy víctima de ese sistema”, dijo.
“Yo soy hija de un represor y un agente de la Seguridad del Estado activo en Guantánamo. Mi mamá fue víctima suya. Estoy aquí para demostrarle al mundo entero que las víctimas deben ser respetadas”, añadió.
El ex preso político Bárbaro Vela recordó que durante el trabajo de Rocha en La Habana fueron derribadas las avionetas de Hermanos al Rescate en aguas internacionales, por lo que pidió la “máxima condena” para “el espía y traidor”.
Demanda civil contra Víctor Manuel Rocha
Tras su condena, Rocha deberá también responder ante una demanda civil interpuesta por Ofelia Payá, la viuda del reconocido disidente cubano Oswaldo Payá, quien falleció junto al activista Harold Cepero, en circunstancias no esclarecidas el 22 de julio de 2012, en una carretera de Bayamo, Granma.
Desde entonces su familia y reconocidas entidades internacionales, como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, han señalado al régimen cubano responsable de estas muertes. Un informe de 2023 de este organismo regional concluye que “lo ocurrido a las víctimas se enmarcó en el contexto de la persecución y represión estatal contra personas disidentes políticas y defensoras en Cuba, con el objetivo de obstaculizar o paralizar la labor de defensa y promoción de los derechos humanos”.
La demanda de la familia Payá asegura que Rocha “ayudó directamente a funcionarios cubanos, proporcionándoles información crítica que obtuvo a través de su autorización de seguridad ultrasecreta y sus roles influyentes. Cuba no habría podido ejecutar a Payá con impunidad sin que el acusado conspirara y le proporcionara inteligencia y ayuda a la dictadura de Cuba”.
“Debajo de este barniz de lealtad y servicio a los Estados Unidos, el acusado mantuvo una lealtad clandestina al régimen cubano”, agrega el texto, donde se le imputa como cómplice del asesinato.
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