Ante el reconocimiento del Gobierno cubano de la mengua de la población de la isla, especialistas se preguntan qué harán las autoridades para detener el fenómeno y qué medidas tomarán para contener el galopante envejecimiento demográfico.
“Es algo que se ha venido ya comentando por expertos, el impacto que han tenido varios procesos en el decrecimiento de la población cubana que ya viene produciéndose hace bastante tiempo. El problema está en que el gobierno no había reconocido, hasta ahora, el impacto de la estampida migratoria en ese decrecimiento de la población, ahora sí lo reconoce, aunque hay que decir que con un subregistro importante y de manera bastante tardía”, indicó a Martí Noticias la socióloga y profesora de la Florida International University (FIU) Elaine Acosta.
“Lo había reconocido en el caso de la tasa de natalidad, que viene siendo también baja hace muchísimos años, de las más bajas de la región”, apuntó.
El jefe adjunto de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), Juan Carlos Alfonso Fraga, citado por el medio oficial Cubadebate, dijo que «al 31 de diciembre de 2023 la población efectiva cubana era de 10.055.968 personas».
Según reporta el medio oficial, teniendo en cuenta que en los primeros meses del 2024 se ha contraído el número de nacimientos y continúa el movimiento de personas hacia el exterior, “en la actualidad la población de Cuba es menor a 10 millones de habitantes y debe seguir decreciendo».
“La complejidad que significa toda la dinámica poblacional que se está produciendo en Cuba es algo que venimos alertando hace tiempo porque tiene impactos en todas las esferas de la vida y está muy íntimamente conectado con el resto de las crisis que vive la sociedad cubana, hace ya varios años, y que se ha agravado sobre todo posterior a la pandemia y la Tarea Ordenamiento, o sea que la familia decida no tener más hijos, que las familias, y los jóvenes en particular, decidan emigrar son decisiones de vida que están íntimamente relacionadas con la crisis, que en todo orden vive la sociedad cubana”, señaló Acosta.
Las mujeres cubanas son reticentes a tener hijos debido a las dificultades económicas y la falta de recursos para satisfacer las necesidades básicas de sus familias. En Cuba, la tasa de fecundidad se sitúa entre 1,7 y 1,8 hijos por mujer, de acuerdo a cifras oficiales.
“Es bastante tardío este reconocimiento, lo que tiene un impacto obviamente en las medidas que se puedan tomar, pero lo peor, creo yo, es que, frente a estos datos, ni siquiera hay un plan medianamente razonable para ver cómo la sociedad cubana va a abordar su acelerado envejecimiento demográfico, que es resultado también de este decrecimiento poblacional.
Juan Carlos Albizu-Campos, profesor de la Universidad de La Habana, estimó en un artículo reciente que la población se redujo un 18 por ciento (no un 10) a 8,62 millones entre 2022 y 2023.
En conversación con nuestra redacción, el sociólogo y economista Angel Marcel Rodríguez Pita recordó que la caída de la cifra de habitantes de Cuba tiene como primordial causa la crisis económica profunda que hay en el país, que conlleva a la migración.
“Pero hay que decir que se está reduciendo la población en sectores vulnerables debido al hambre, a la escasez. Muchos de ellos están falleciendo. Ejemplo de eso tenemos la población de calle, personas sin techo, sin hogar. Hemos visto cómo se ha ido reduciendo debido a esa falta de acceso a alimentos, a medicamentos”, subrayó.
Las razones para el descenso alarmante de la cifra poblacional no es solo la emigración, sino que en la isla mueren más personas que las que nacen. En el año 2022 hubo 95.403 nacimientos y 120.098 muertes, lo que representa 24.695 fallecimientos más que los nacimientos.
La situación se agrava con el hecho de que hay menos personas trabajando para sostener a un número creciente de ancianos, jubilados y jóvenes que dependen del Estado para su manutención.
“La población joven en edad laboral activa está migrando y por tanto no hay cómo sostener a aquellos pensionados y retirados y, por supuesto, influye determinantemente en el proceso inflacionario porque hay menos personas que pueden aportar mediante sus impuestos al presupuesto del Estado”, indicó.
Muchos de los resultados económicas son irrebatibles: menos personas producen menos, por lo que una población en declive significa un crecimiento económico más lento o incluso una caída en la producción.
“Entonces tenemos una crisis y dentro de esa crisis tenemos sub crisis, que están dañando aún más a la sociedad. Elemento interesante es que hoy la oferta de empleo se ve reducida y, por tanto, la demanda es más alta, supera la demanda a la oferta, pero aún si llegado el caso, esa oferta experimentara un crecimiento, no tendría la posibilidad de contratar quizás a personas con capacidades, porque la mayoría de los que se van son personas que se están quedando sin oportunidades dentro de la isla, sobre todo los profesionales”, agregó.
“Es decir, la demanda que existe de empleo es de personas generalmente poco cualificadas. Los más cualificados están emigrando y los cualificados que se quedan dentro de la isla están encontrando más oportunidades dentro de distintos sectores, por ejemplo, en el sector privado”, puntualizó Rodríguez Pita.
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