Hizbulá lanza decenas de cohetes al norte de Israel mientras el cese al fuego pende de un hilo
La milicia libanesa Hizbulá lanzó el miércoles una enorme ronda de cohetes al norte de Israel para vengar la muerte de un importante comandante, escalando aún más las tensiones regionales y mientras el destino de un plan con apoyo internacional para establecer un cese al fuego en Gaza pendía de un hilo.
Los ataques de represalia coincidieron con la visita del secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, para impulsar una propuesta de cese el fuego con apoyo global que no ha recibido un apoyo total de Israel ni de Hamás.
El grupo armado envió su primera respuesta oficial el martes por la noche, en la que solicitaba “enmiendas” al proyecto.
Hizbulá, un aliado de Hamás con apoyo iraní, ha cruzado fuego con Israel casi a diario desde que comenzó la guerra entre Israel y Hamás hace 8 meses, y dice que sólo se detendrá si hay una tregua en Gaza. Eso ha planteado el temor a un conflicto regional aún más devastador.
Las sirenas aéreas sonaron en el norte de Israel y el ejército dijo que se habían lanzado unos 160 proyectiles desde el sur de Líbano, uno de los ataques más grandes desde que comenzaron los combates. En un primer momento no se reportaron bajas, y algunos proyectiles fueron interceptados, mientras que otros provocaron incendios en zonas de matorrales.
Venganza por uncomandante abatido
Hizbulá dijo haber lanzado misiles y cohetes contra dos bases militares en represalia por la muerte de Taleb Sami Abdullah, de 55 años. Conocido en Hizbulá como Hajj Abu Taleb, es el comandante de mayor rango que muere desde el inicio de los combates hace ocho meses. El operativo de Israel destruyó una casa donde se reunían Abdullah y los otros tres oficiales del grupo, a unos 10 kilómetros (6 millas) de la frontera, el martes en la noche.
Un miembro de Hizbulá dijo a The Associated Press que Abdullah estaba al mando de gran parte del frente entre Líbano e Israel, incluida una zona ante la población israelí de Kiryat Shmona, que Hizbulá ha atacado de forma reiterada en los últimos días, provocando incendios en la zona.
El miembro de la milicia, que no estaba autorizado a hablar con los medios y habló bajo condición de anonimato, dijo que Abdullah se había unido al grupo hacía décadas y participó en ataques contra fuerzas israelíes durante sus 18 años de ocupación del sur de Líbano, que terminaron en mayo de 2000.
Los ataques israelíes en Líbano han matado a más de 400 personas, la mayoría miembros de Hizbulá, aunque entre los muertes también había más de 70 civiles y no combatientes. Del lado israelí han muerto 15 soldados y 10 civiles desde que comenzó la guerra en Gaza.
Otros grupos aliados de Irán, incluidas milicias poderosas en Irak y Siria, así como los rebeldes hutíes en Yemen, ha atacado objetivos israelíes, estadounidenses y otros desde que comenzó la guerra, lo que a menudo les ha supuesto represalias occidentales. Israel e Irán intercambiaron fuego directo por primera vez en abril.
El gobierno del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha dicho que la mejor forma de desactivar las tensiones regionales es que Hamás acepte una propuesta de un cese el fuego en varias fases que pondría fin a la guerra en Gaza y supondría la liberación de los rehenes que siguen cautivos desde el ataque de Hamás del 7 de octubre que desencadenó la guerra. El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas votó el lunes a favor del plan por una mayoría abrumadora.
Aunque Biden dice que es una propuesta israelí, el primer ministro, Benjamin Netanyahu, ha dado mensajes contradictorios y dice que Israel sigue comprometido con destruir a Hamás. No está claro cómo lograría eso si la propuesta estadounidense, que incluye una retirada israelí de Gaza, se aplica por entero.
Hamás pide «enmiendas»
Hamás ha expresado su apoyo a los términos generales del acuerdo pero tiene reparos sobre que Israel vaya a aplicar sus términos.
El vocero de Hamás Jihad Taha dijo al medio noticioso libanés ElNashra que las “enmiendas” solicitadas por el grupo incluyen garantías de un cese el fuego permanente y de la retirada completa de las fuerzas israelíes de Gaza.
La respuesta oficial de Hamás a la propuesta, que transmitió el martes a los mediadores, no parecía llegar a una aceptación completa del plan pero mantenía las negociaciones abiertas. Qatar y Egipto, que han sido mediadores clave junto con Estados Unidos, dijeron que la estaban estudiando.
Blinken, que está en su octava gira por la región desde que comenzó la guerra, se dirigió a Qatar el miércoles para continuar con las negociaciones.
La iniciativa ha avivado las esperanzas de poner fin a un conflicto en el que los bombardeos y las ofensivas terrestres de Israel en Gaza han matado a más de 37.000 palestinos, según funcionarios de salud palestinos, además de expulsar de sus hogares en torno al 80% de la población de 2,3 millones de personas. Las restricciones israelíes y los combates continuados han complicado los esfuerzos de llevar ayuda humanitaria al aislado enclave costero, lo que ha impulsado un hambre generalizada.
Israel emprendió su campaña después de que Hamás y otros milicianos asaltaran Israel el 7 de octubre, mataran a unas 1.200 personas, en su mayoría civiles, y tomaran unos 250 rehenes. Más de 100 rehenes fueron liberados durante un cese el fuego de una semana el año pasado a cambio de palestinos encarcelados por Israel. Hamás aún retiene unos 120 rehenes, de los que se cree que un tercio ha muerto.
La propuesta anunciada por Biden contempla un plan de tres fases que comenzaría con un cese al fuego de seis semanas y la liberación de algunos rehenes a cambio de prisioneros palestinos. Las fuerzas israelíes se retirarían de zonas pobladas y se permitiría que los civiles palestinos regresaran a sus casas.
La fase uno también requiere la distribución de ayuda humanitaria de forma segura “a escala en toda la Franja de Gaza”, lo que implicaría que 600 camiones de ayuda entrarían en el territorio cada día, según Biden.
Al mismo tiempo se iniciarían negociaciones sobre una segunda fase, que supondría “un final permanente de las hostilidades, a cambio de la liberación de todos los demás rehenes que siguen en Gaza, y una retirada completa de las fuerzas israelíes de Gaza”.
La fase tres emprendería “un gran plan de reconstrucción de Gaza de varios años y la devolución de los restos de cualquier rehén fallecido que siga en Gaza a su familia”.
El grupo armado aceptó una propuesta similar el mes pasado que fue rechazada por Israel.
Los miembros ultraderechistas de la coalición de Netanyahu han rechazado la última propuesta y amenazado con hacer caer su gobierno si pone fin a la guerra sin destruir a Hamás. Pero Netanyahu también enfrenta una creciente presión para que llegue a un acuerdo de devolución de los rehenes. Miles de israelíes, incluidos familiares de los cautivos, se han manifestado a favor del plan respaldado por Washington.
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