Ataques aéreos israelíes golpearon Ciudad de Gaza durante la noche del sábado y el domingo por la mañana, mientras las fuerzas de tierra combatían con milicianos de Hamás cerca del hospital más grande del territorio, donde según las autoridades de salud miles de médicos, pacientes y desplazados se veían atrapados sin electricidad y con escasos suministros.
En un mensaje televisado, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, rechazó las crecientes peticiones internacionales de un cese el fuego a menos que incluya la liberación de los casi 240 rehenes capturados por Hamás en el ataque del 7 de octubre que desencadenó la guerra, y dijo que Israel llevaría “toda su fuerza” a los combates.
Israel ha prometido poner fin a los 16 años de gobierno de Hamás en Gaza y aplastar la capacidad de su rama armada, y culpa a los milicianos de la alta cifra de muertos entre los 2,3 millones de palestinos atrapados en el cercado territorio. Pero enfrenta una creciente presión internacional debido al sufrimiento de los civiles.
En Ciudad de Gaza, los residentes reportaron intensos ataques aéreos y de artillería durante la noche, también en la zona en torno al hospital de Shifa. Sin presentar pruebas, Israel ha acusado a Hamás de ocultar un puesto de mando dentro y debajo del recinto hospitalario, acusaciones rechazadas por Hamás y personal del hospital.
“Pasamos la noche en pánico esperando a su llegada”, dijo Ahmed al-Boursh, un vecino que se había refugiado en el hospital. “Están fuera, cerca de las puertas”.
Hospitales fuera de servicio
El último generador del hospital se quedó sin combustible el sábado, lo que provocó la muerte de un bebé prematuro, otro niño en una incubadora y otros cuatro pacientes, según el Ministerio de Salud en la Gaza gobernada por Hamás. Otros 37 bebés corrían peligro de muerte porque no había electricidad.
El subsecretario del Ministerio de Salud, Munir al-Boursh, dijo que se habían desplegado francotiradores israelíes en torno al centro y disparaban contra cualquier movimiento en el complejo. Los ataques aéreos habían destruido varias viviendas en torno al lugar y mataron a tres personas, incluido un médico.
“Hay heridos en la casa y no podemos llegar a ellos”, dijo a la televisora Al Jazeera en una entrevista desde el hospital. “No podemos asomar la cabeza por la ventana». No estaba claro si el subsecretario estaba emparentado con el otro hombre del mismo apellido.
El ejército israelí dijo que había un corredor seguro para que los civiles evacuaran Shifa y fueran al sur del enclave, aunque la gente refugiada en el hospital dijo que tenía miedo de salir. El ejército indicó que los soldados ayudarían a trasladar bebés el domingo y que estaban en contacto con personal del hospital.
No fue posible verificar de forma independiente la situación en el hospital y sus alrededores.
El Ministerio de Salud dijo que aún había 1.500 pacientes en Shifa, así como 1.500 trabajadores de salud y entre 15.000 y 20.000 personas que buscaban cobijo. Miles de personas han huido a ese y otros hospitales que se han visto atacados, pero los médicos dijeron que era imposible que todo el mundo saliera.
Por otro lado, la Media Luna Roja Palestina dijo que otro hospital en Ciudad de Gaza, el de Al Quds, “ya no está operativo” porque se había quedado sin combustible. La única planta solar de Gaza se vio obligada a apagarse hace un mes, e Israel ha vetado cualquier importación de combustible, afirmando que Hamás lo utilizaría con fines militares.
En ese hospital quedaban atrapadas 6.000 personas entre familias desplazadas, pacientes y personal médico, indicó Nebal Farsakh, portavoz de Media Luna Roja.
Con Shifa y otros hospitales ahora inaccesibles, la gente refugiada en Ciudad de Gaza dijo que se habían quedado sin acceso a atención médica de urgencia. Heba Mashlah, que se cobijaba en un complejo de Naciones Unidas con miles de familias, dijo que un ataque el sábado por la noche mató a cuatro personas e hirió a 15.
“Los heridos están sangrando y nadie puede venir a ayudarles”, dijo, añadiendo que los muertos habían sido enterrados en el recinto. El Programa de Desarrollo de Naciones Unidas confirmó que una de sus instalaciones había sido alcanzada. Las agencias de la ONU no han podido prestar servicio en el norte desde hace semanas.
Netanyahu rechaza la visión de posguerra de EEUU
Netanyahu ha dicho que toda responsabilidad por cualquier daño a los civiles recae sobre Hamás. Israel acusa desde hace tiempo al grupo, que opera en barrios densamente poblados, de utilizar a los civiles como escudos humanos.
Netanyahu empezó a presentar el sábado los planes de Israel para la posguerra en Gaza, muy diferentes de la propuesta de Estados Unidos.
Netanyahu dijo que Gaza sería desmilitarizada y que Israel mantendría la capacidad de entrar libremente en el territorio para perseguir milicianos. También rechazó la idea de que la Autoridad Palestina (AP), que ahora administra partes de la Cisjordania ocupada por Israel, pudiera controlar Gaza en algún momento. Hamás expulsó a las fuerzas de la AP de Gaza en una semana de combates callejeros en 2007.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, ha dicho que Washington se opone a la reocupación de Israel en Gaza y planteó un gobierno palestino unificado en Gaza y Cisjordania como un paso hacia la formación de un estado palestino. Incluso antes de la guerra, el gobierno de Netanyahu se oponía con firmeza a la formación de un estado palestino.
La guerra también amenazaba con provocar un conflicto más amplio, ya que Israel y milicianos de Hezbollah cruzaban fuego a menudo junto a la frontera. El ejército israelí dijo el domingo que respondía con artillería a misiles antitanques lanzados desde Líbano. La compañía eléctrica israelí dijo que trabajadores que reparaban los tendidos eléctricos dañados por ataques previos habían resultado heridos.
Más de 11.000 palestinos, dos tercios de ellos mujeres y niños, han muerto desde que comenzó la guerra, según el Ministerio de Salud en Gaza, que no diferencia entre civiles y combatientes. Se han reportado unos 2.700 desaparecidos, que se cree están muertos o atrapados bajo los escombros.
Al menos 1.200 personas han muerto en el bando israelí, la mayoría civiles asesinados en el ataque inicial de Hamás. Han muerto 46 soldados israelíes en Gaza desde que comenzó la ofensiva terrestre.
Unos 250.000 israelíes se han visto obligados a evacuar poblaciones cerca de Gaza, donde los milicianos palestinos siguen lanzando rondas de cohetes, y a lo largo de la frontera norte con Líbano, donde las fuerzas israelíes y los milicianos de Hezbollah han cruzado fuego con frecuencia.
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