El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, contrajo matrimonio este sábado con Teresa Urquijo y Moreno, en una ceremonia a la que asistieron el rey emérito, las infantas Cristina y Elena y la plana mayor del PP encabezada por el presidente del partido, Alberto Núñez Feijóo, y la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, junto a diferentes presidentes autonómicos populares.
La ceremonia religiosa tuvo lugar en la Iglesia de San Francisco de Borja, en la madrileña calle Serrano. Antes de entrar, Almeida ha asegurado a los medios de comunicación que estaba «nervioso», pero también reconoció que era «el mejor día de su vida».
Algo que este domingo, un día después del enlace, ha vuelto a señalar el alcalde en sus redes, donde ha escrito «El día más feliz de nuestra vida», junto a un par de fotografías, una a la salida de la iglesia y otra en la celebración.
La fiesta posterior, celebrada en la finca propiedad de la familia de la novia El Canto de la Cruz -en la localidad de Colmenar Viejo- y en la que no hubo ningún contratiempo y todo salió perfecto, aunó tradición y modernidad.
Así, el evento, que se alargó hasta bien entrada la madrugada -a eso de la 1 se fueron los últimos invitados-, comenzó con el tradicional baile de apertura de los novios, que, en su caso, como no podía ser de otra manera, fue un chotis. La música fue una de las protagonistas de la velada, ya que no dejó de sonar, en directo, durante toda la celebración.
Muy activas y participativas estuvieron las infantas Cristina y Elena, que se animaron a salir a la pista en más de una ocasión para echar unos bailes. Más discretos estuvieron políticos como José María Aznar y Esperanza Aguirre. Ella, como Alberto Ruiz Gallardón e Isabel Ayuso, se fue relativamente pronto.
En cuanto a los novios, que en un momento de la celebración fueron levantados a hombros por los asistentes, todo fueron risas, emociones y gestos de complicidad. Teresa no utilizó un segundo vestido, pero sí se quitó la cola por comodidad.
No se repartieron los típicos puros ni hubo sorteos ni bingo, por ejemplo. Tampoco elementos ahora de moda en este tipo de celebraciones como Photocall, dedicatorias a los invitados escritas o en formato audio o fotomatón.
Lo que no se vio de la celebración religiosa
Antes, había tenido lugar la ceremonia religiosa celebrada en la céntrica iglesia madrileña de San Francisco de Borja, en pleno barrio de Salamanca.
Los 400 invitados que acudieron hasta allí -el ciento restante se incorporó posteriormente en el banquete- pudieron presenciar una ceremonia cargada de emotividad, de música clásica y con el rey emérito sentado en la primera fila de bancos, presenciando el esperado enlace junto a la madre de la novia, Beatriz Moreno y Borbón.
Los invitados pudieron escuchar mientras accedían al interior del templo La música notturna delle strade, del compositor italiano del s. XVIII Luigi Boccherini, así como el archifamoso Canon en Re Mayor de Johann Pachebel.
De Boccherini también fue la melodía escogida para la entrada del novio, José Luis Martínez-Almeida. Concretamente, el alcalde de Madrid lo hizo al ritmo del pasacalle La música notturna di Madrid.
Ya durante la ceremonia se escuchó la canción Madre del grupo religioso Hakuna, y en el momento de la consagración ha sonado el himno de España.
Otro de los momentos más emotivos, especialmente para Teresa Urquijo, se vivió durante la actuación de su amiga Camila, que tocó una canción con guitarra. Los padres de Almeida, ya fallecidos, fueron recordados durante la consagración, donde los invitados rezaron por ellos.
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