La guerra dificulta la rendición de cuentas de los asesinos de periodistas, afirman expertos
Lograr justicia en los asesinatos selectivos de periodistas es una tarea difícil que se complica aún más en los casos que ocurren en tiempos de guerra, afirman los expertos.
A escala mundial, el 85 % de los asesinatos de periodistas en todo el mundo desde 2006 siguen sin resolverse, según un informe publicado el sábado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
En 2013, las Naciones Unidas declararon el 2 de noviembre Día internacional para poner fin a la impunidad de los crímenes contra periodistas.
La impunidad en los asesinatos de periodistas ha sido la norma desde hace mucho tiempo y los conflictos activos agravan el problema, según Jodie Ginsberg, directora ejecutiva del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ).
“Hay menos recursos para dedicar a las investigaciones”, dijo Ginsberg a la VOA. “Los tribunales suelen verse desbordados. La capacidad de realizar investigaciones se ve obstaculizada porque hay un conflicto en curso”.
Ese ha sido el caso de la guerra entre Israel y Hamás, la invasión rusa de Ucrania, la guerra civil en Myanmar y la violencia de pandillas en Haití.
La guerra en Gaza
Con la guerra entre Israel y Hamás, hasta el 31 de octubre, al menos 134 periodistas y trabajadores de los medios, principalmente palestinos, han sido asesinados desde que comenzó el conflicto el año pasado, según el CPJ.
El CPJ ha determinado que el Ejército israelí atacó a cinco de ellos en relación directa con su trabajo como periodistas. Israel ocupa el segundo lugar en el mundo en términos de impunidad en asesinatos de periodistas, según el índice del CPJ, que se publicó el miércoles.
En un incidente ocurrido el 13 de octubre de 2023, el ejército israelí disparó dos proyectiles de tanque con 37 segundos de diferencia en el sur del Líbano en dirección a equipos de prensa. Los periodistas estaban a una milla de las hostilidades más cercanas, llevaban chalecos con la inscripción “PRENSA” y estaban de pie junto a un coche con la inscripción “TV”, según los informes. El ataque mató al periodista libanés de Reuters Issam Abdallah e hirió a otros seis periodistas.
El CPJ y los medios de comunicación han determinado que el caso fue un ataque deliberado.
En ese momento, el embajador israelí ante las Naciones Unidas dijo que las fuerzas israelíes nunca querrían “matar o disparar a ningún periodista” que esté trabajando, pero que “en un estado de guerra, pueden pasar cosas. Lo lamentamos, lo sentimos”. El embajador dijo que Israel investigaría.
“Estoy consternada de que no haya habido rendición de cuentas desde el ataque del 13 de octubre, pero no sorprendida”, dijo Ginsberg a la VOA en septiembre en Nueva York. La impunidad en los asesinatos de periodistas ha sido un problema en Israel durante décadas, agregó.
El CPJ está investigando el posible asesinato selectivo de otros diez periodistas en la guerra entre Israel y Hamás. Determinar lo que ocurrió es difícil debido al conflicto y a las restricciones al acceso de los medios extranjeros a Gaza.
“Cualquier persona responsable del asesinato de un periodista o de un civil debe ser procesada y rendir cuentas. Los periodistas son civiles, no son objetivos”, afirmó Ginsberg.
El Ejército israelí no respondió al correo electrónico de la VOA solicitando comentarios para esta historia. Israel ha negado previamente haber atacado a periodistas.
La guerra civil en Myanmar
La rendición de cuentas también es difícil en la guerra civil de Myanmar.
Desde que los militares lanzaron un golpe de Estado en 2021, más de 5.000 civiles han muerto, más de 27.000 personas han sido detenidas y más de 3,3 millones de personas han sido desplazadas, según la oficina de derechos humanos de la ONU.
Según el CPJ, al menos siete periodistas han sido asesinados por su trabajo desde el golpe. Tres de esos asesinatos ocurrieron este año, incluidos dos que fueron asesinados por las fuerzas de seguridad en un allanamiento a su casa y otro que fue asesinado bajo custodia militar.
Tom Andrews, relator especial de la ONU sobre los derechos humanos en Myanmar, dijo a la VOA: “El ataque a los medios, el ataque al periodismo, el ataque al principio de la libertad de prensa, es parte de su estrategia para ocultar sus ataques sistemáticos contra el pueblo de Myanmar”.
Myanmar ocupa el décimo lugar en el mundo en términos de impunidad en asesinatos de periodistas, según el CPJ.
El ejército de Myanmar no respondió a la solicitud de comentarios de VOA.
La invasión rusa de Ucrania
La guerra de Rusia en Ucrania también ha dado lugar a demandas de rendición de cuentas. Si bien Rusia no aparece en el Índice de Impunidad de 2024 —que sólo analiza los asesinatos selectivos— al menos 15 periodistas y trabajadores de los medios de comunicación han muerto mientras cubrían la guerra, según el CPJ.
“Sin rendición de cuentas, esencialmente estamos dando luz verde a más ataques contra periodistas no sólo en Ucrania sino potencialmente en futuros conflictos en todo el mundo”, dijo el presidente del Sindicato Nacional de Periodistas de Ucrania, Sergiy Tomilenko, a la VOA en un correo electrónico.
“La protección de los periodistas no se limita a casos individuales, sino que se trata de defender la democracia y el derecho a la verdad. Cada ataque impune contra un periodista envalentona a quienes quieren silenciar a los medios independientes”, afirmó Tomilenko.
La embajada de Rusia en Washington y el Ministerio de Relaciones Exteriores no respondieron al correo electrónico de VOA solicitando comentarios.
Entre los casos de periodistas asesinados se encuentra el de Viktoria Roshchyna, una periodista ucraniana que murió bajo custodia rusa en septiembre.
Las circunstancias que rodearon la muerte de Roshchyna siguen sin estar claras porque el gobierno ruso se ha negado a devolver su cuerpo a Ucrania.
Sin un cuerpo, será difícil determinar cómo murió, según Karol Luczka, quien monitorea Europa del Este en el Instituto Internacional de Prensa en Viena.
“Este es un caso particularmente atroz de impunidad”, dijo.
Según datos de la UNESCO, en 2022 y 2023 un periodista fue asesinado cada cuatro días por hacer su trabajo. La Directora General de la UNESCO, Audrey Azoulay, pidió a los Estados miembros que hicieran más para exigir responsabilidades a los autores de estos crímenes.
“Enjuiciar y condenar a los perpetradores es una herramienta importante para prevenir futuros ataques contra periodistas”, afirmó en un comunicado.
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