Marco Rubio se reúne con líderes opositores de Venezuela, Edmundo González y María Corina Machado

El nuevo secretario de Estado de Estados Unidos, el cubanoamericano Marco Rubio, se reunió este miércoles con los líderes opositores venezolanos Edmundo González y María Corina Machado.

«Esto nos demuestra la importancia que tiene la situación de Venezuela y el bienestar de los venezolanos y de la región, para la política exterior estadounidense», escribió Machado en X, que agradeció a Rubio el encuentro virtual a solo 24 horas de asumir el cargo.

«Le transmitimos la fuerza y la determinación de los venezolanos en avanzar para lograr la libertad de nuestro país y el retorno a la democracia. La transición a la democracia en Venezuela es crucial para la estabilidad regional y la seguridad de nuestro hemisferio. Sabemos que contamos con nuestros aliados estratégicos para lograrlo», apuntó la líder opositora.

González dijo por su parte que el gesto de Rubio «demuestra la prioridad que Venezuela tiene en su agenda y su compromiso con nuestra lucha por la libertad».

«El Secretario reafirmó su admiración por el pueblo venezolano y destacó la valentía y el espíritu democrático que hicieron posible el triunfo indiscutible del 28J. También ratificó su disposición para trabajar en conjunto en este momento crucial para nuestra nación», agregó.

Días antes de asumir el cargo, Marco Rubio fue interrogado por el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, donde sirvió desde 2011 hasta 2024, en el proceso de su confirmación para convertirse en secretario de Estado.

En la audiencia de más de cuatro horas, el cubanoamericano habló sobre varios temas del hemisferio occidental, incluidas las relaciones entre Estados Unidos y México, la inseguridad en Haití y los regímenes de Cuba, Nicaragua y Venezuela.

Venezuela, explicó Rubio, “está gobernada por una organización narcotraficante que se ha empoderado como un Estado nacional”.

El republicano de 53 años, nacido en Miami y de padres cubanos, quien fue candidato a la presidencia en las elecciones de 2016, es partidario de una política exterior firme hacia los enemigos geopolíticos de Estados Unidos, incluidos China, Irán, Venezuela, Nicaragua y Cuba.