Gender Sotelo, un nicaragüense que llegó a Costa Rica en 2018 tras participar en las protestas de ese año en Managua, donde estudiaba Medicina y Cirugía, pidió enseguida refugio en las oficinas centrales de la Dirección de Migración, sin embargo no tuvo respuesta de su caso hasta cinco años después.
«Yo preguntaba cada vez que podía, por correo electrónico. Incluso fui algunas veces de manera presencial a consultar sobre el estado de mi solicitud y lo único que me decían siempre era que no había una resolución», contó Sotelo.
Al pedir refugio recibió un documento de constancia de la solicitud, pero el documento no servía para estudiar en las universidades o para viajar, dijo. En 2021 interpuso un recurso de amparo ante las autoridades para que le resolvieran su caso, pero hasta agosto de este año no hubo una respuesta. El fallo obligaba a Migración y Extranjería a responder a su solicitud. Tras ese fallo, solicitó información a la Unidad de Refugio, pero no respondieron.
Sotelo, de 26 años, fue notificado el 6 de noviembre de 2023 que su solicitud de refugio fue aprobada, luego de más de cinco años de haberla solicitado y más de tres de haber presentado la entrevista de elegibilidad y las pruebas.
Su caso muestra la lentitud de los trámites de refugio en Costa Rica para los nicaragüenses. De 225,511 solicitudes recibidas en los últimos cinco años, solamente se han aprobado 8,162, lo que representa menos del 4%, según datos oficiales.
Los solicitantes de refugio pueden obtener un permiso laboral tres meses después de hacer la petición. Las solicitudes deben ser presentadas en la Unidad de Refugio de la Dirección General de Migración y Extranjería. Con el permiso pueden trabajar, pero no estudiar.
Costa Rica percibió un aumento en el número de inmigrantes desde el año 2018, cuando decenas de miles de nicaragüenses se refugiaron en el vecino país huyendo de la represión del gobierno de Daniel Ortega tras protestas que dejaron más de 300 muertos, miles de heridos y detenidos. La agencia de la ONU para los refugiados, ACNUR, estima que más de 100.000 nicaragüenses salieron del país.
La gran mayoría de los refugiados en Costa Rica son nicaragüenses, y las solicitudes han ido en aumento. En 2018, el gobierno costarricense recibió 23,063 solicitudes de refugio de nicaragüenses. En 2021 recibió 52,929 solicitudes y en 2022, 80,028. Menos del 3% del total de solicitudes de refugio en Costa Rica son de otras nacionalidades.
Sotelo dijo que como resultado de la demora a su solicitud de refugio enfrentó muchos obstáculos para conseguir trabajo o estudiar.
«La falta de respuesta me ha perjudicado un montón y, sobre todo, en el ámbito de la educación y de las oportunidades. Siento que me limitó mi derecho a la educación en su momento, al trabajo y a la libre movilización», lamentó el joven nicaragüense.
El joven dijo que «todo el retraso» fue con la Unidad de Refugio, una instancia de la Dirección de Migración.
Cindy Molina, jefa de la Unidad de Refugio, dijo a la VOA que están conscientes de que hay bastantes solicitudes pendientes pero que priorizan a los grupos más vulnerables, como por ejemplo las personas miskitos, un grupo indígena de Centroamérica.
«Se les hace un proceso que llamamos ‘fusionado'», dijo Molina. «Si no están dentro de esos perfiles, se pasan a procedimientos ordinarios que no tienen una forma de acelerar el proceso», agregó.
La funcionaria dijo que el tiempo que toma aprobar una solicitud varía en cada caso. Si es un caso de miskitos, u otros grupos vulnerables, es un tiempo más corto que por el proceso ordinario.
Los grupos vulnerables son los que consideran que «están viviendo persecución en su país de origen», como los miskitos.
«Si es un proceso fusionado o un proceso o solicitud manifiestamente infundado que no va acorde con la ley, pueden recibir una respuesta mucho más corta que sí podría encajar dentro del plazo de tres meses que establece la Ley General de Migración y Extranjería para dar respuesta», señaló Molina.
Más de 4.000 solicitudes de refugio rechazadas
De las 225,511 solicitudes de nicaragüenses recibidas por las autoridades de Costa Rica, han rechazado 4,763, que representa un 2.11% de negación.
Molina dijo que las solicitudes se rechazan porque las personas no cumplen los requisitos establecidos en la Ley General de Migración y Extranjería para ser reconocidos como personas refugiadas.
La Ley solicita pruebas o documentación que demuestre que una persona está en riesgo. Si la persona está fuera del país y asentada en Costa Rica por razones económicas, la petición será rechazada.
El presidente de Costa Rica, Rodrigo Chavez, cargó a finales de 2022 contra los migrantes asegurando que muchos » utilizan “el régimen de refugiados políticos” cuando en realidad “son migrantes económicos”.
«Se ha utilizado el régimen de refugiados políticos, nuestra legislación, nuestra apertura, por parte de grupos que no son refugiados políticos, sino que son migrantes económicos, y ya llegó un momento en que la responsabilidad compartida de la comunidad internacional nos ha recaído de manera desproporcional”, dijo el mandatario en un discurso que fue cuestionado duramente por organismos de defensa de derechos humanos.
Molina explicó que si a un nicaragüense se le niega la solicitud de refugio, puede presentar un recurso de revocatoria con apelaciones. También dijo que pueden presentar una carta indicando los motivos por los que no se encuentra conforme con lo resuelto por la dirección de Migración o aplicar por alguna otra categoría migratoria, como la de trabajador temporal.
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