¿Sabías que las telenovelas nacieron en Cuba?

¿Por qué las telenovelas nacieron en Cuba? Aunque hoy en día asociemos las telenovelas con México, Brasil y Venezuela, el verdadero origen de este género está en Cuba.

Dos destacadas investigadoras del tema coinciden en que las telenovelas nacieron en Cuba y que la isla jugó un papel crucial en su creación y evolución. La Dra. Carolina Acosta-Alzuru, experta en estudios culturales, asegura que «la historia de la telenovela realmente empieza en Cuba».

Según explica, escritores cubanos como Félix B. Caignet, Inés Rodena, Gloria Magadán y Delia Fiallo sentaron las bases del género: «Félix B. Caignet, justamente el creador de El Derecho de Nacer, se quedó en Cuba; Inés Rodena se fue a México; Gloria Magadán emigró a Brasil; y Delia Fiallo, aunque no emigró a nuestro país, hizo todo su trabajo para Venevisión».

Por su parte, la investigadora Ana Bertha Uribe Alvarado, especialista en telenovelas mexicanas, también reconoce que las telenovelas nacieron en Cuba aunque matiza que su origen no es exclusivo de la isla: «La cubana fue una de las primeras en surgir, pero no puedo confirmar que haya sido la primera. También Colombia lo fue. La telenovela mexicana está influenciada por el cine mexicano, que a su vez surgió de folletines. También del drama, el teatro y la cultura popular».

Ambas coinciden en que las radionovelas fueron la base del género, y en ese sentido, la influencia cubana fue decisiva.

Rosy Ocampo, productora de Televisa, refuerza esta idea al decir: «Nuestro origen se basa en la radionovela y en ese momento en Cuba era donde más se hacían. Pero la primera telenovela como tal, como la conocemos hoy en día, es Senda Prohibida, hecha en 1958».

El talento cubano también dejó una huella imborrable en el extranjero. Delia Fiallo, conocida como la «madre de la telenovela», creó éxitos como Cristal, Leonela y Esmeralda. Por su parte, Inés Rodena fue la mente detrás de clásicos como Rosa Salvaje y La Usurpadora, historias que conquistaron audiencias masivas en México.

La producción de telenovelas en Cuba inició en 1952 con El Derecho de Nacer, adaptación de una radionovela que marcó el inicio del género en la isla.

Un análisis de los últimos 40 años (1980-2020)

Las telenovelas cubanas, así como su influencia global, comparten un enfoque en temas universales como el amor, los conflictos sociales y las historias familiares.

Años 80: calidad con cuestiones sociales

Las telenovelas de los años 80 marcaron una etapa dorada en la televisión cubana. Producciones como Las Impuras (1984) denunciaron el patriarcado y las injusticias sociales.

Por otro lado, Algo más que Soñar (1985) retrató la vida de jóvenes cadetes cubanos durante la Guerra de Angola, conectando con una generación marcada por la realidad política de la época.

El drama romántico y las adaptaciones literarias también brillaron con títulos como Solo el Amor (1983), que exploró el amor adolescente, y Sol de Batey (1985), una telenovela histórica que abordó la esclavitud y los amores prohibidos.

Años 90: profundidad narrativa

En los años 90, las telenovelas cubanas alcanzaron nuevos niveles de popularidad con historias románticas llenas de emoción.

Pasión y Prejuicio (1992) cautivó a los televidentes con su narrativa sobre diferencias sociales. Por otro lado, Tierra Brava (1997) presentó un drama rural cargado de triángulos amorosos y secretos familiares.

Producciones como Cuando el Agua Regresa a la Tierra (1993) mostraron el lado más humano de la televisión cubana, centrándose en la relación entre un abuelo y su nieta en un contexto rural, conquistando el corazón de los espectadores.

Años 2000: Historias contemporáneas y sociales

Con el cambio de milenio, las telenovelas cubanas comenzaron a abordar problemáticas modernas.

La Cara Oculta de la Luna (2005) puso el foco en temas de salud pública, como la transmisión de infecciones sexuales. Mientras que, Aquí Estamos (2010) exploró cuestiones como la drogadicción y la prostitución desde un enfoque realista.

Años 2011-2020: Renovación del género

En la última década, las telenovelas cubanas renovaron su narrativa con historias más cercanas a la actualidad.

Más Allá del Límite (2018) exploró temas de migración y retorno a Cuba. Mientras que, El Rostro de los Días (2020) abordó cuestiones como la maternidad, el envejecimiento y la emigración.

Conclusión

El legado de las telenovelas cubanas es innegable. Como señala Carolina Acosta-Alzuru: «La historia de la telenovela realmente empieza en Cuba». Su influencia sigue viva, no solo en la televisión de la isla, sino también en todo el continente.