Trabajadores sacan del río Potomac restos de aeronaves que chocaron
Cuadrillas de trabajadores fueron este lunes al río Potomac para sacar los restos del avión y el helicóptero del Ejército de EEUU que chocaron en pleno vuelo la semana pasada sobre el río Potomac, en Washington DC, en el peor desastre aéreo en suelo estadounidense desde 2001.
Las autoridades han identificado los restos de 55 de las 67 personas perecidas en el choque y el director de los bomberos de Washington, John Donnelly, expresó confianza en que todos serán hallados.
Los socorristas iban a empezar a extraer los restos de los aparatos este lunes y al amanecer se veía en el lugar una embarcación con una grúa.
Más de 300 socorristas están trabajando en la misión de recuperación en un momento dado, indicaron funcionarios. Dos barcazas de la Armada también fueron desplegadas para extraer las cargas pesadas.
Los buzos están respetando los protocolos y harán una pausa si detectan restos humanos, declaró el domingo el coronel Francis B. Pera del Cuerpo de Ingenieros del Ejército. La “recuperación digna” tiene prioridad por encima de todo, afirmó.
Los fragmentos de las dos aeronaves que chocaron el miércoles cerca del Aeropuerto Nacional Reagan Washington — un avión de American Airlines con 64 personas a bordo y un helicóptero Black Hawk del Ejército con tres tripulantes — serán colocados en camiones y llevados a un hangar para las investigaciones.
El hecho ocurrió cuando el jet, que venía de Wichita, Kansas, estaba a punto de aterrizar. El helicóptero estaba en un vuelo de entrenamiento. No hubo sobrevivientes.
El domingo, familiares de las víctimas fueron llevados en autobuses bajo escolta policial a la orilla del río Potomac, cerca de donde cayeron las dos aeronaves tras chocar.
En el vuelo había patinadoras de hielo que regresaban de un campeonato en Wichita y un grupo de cazadores que regresaban de una excursión.
En el helicóptero viajaban el sargento del Ejército Ryan Austin O’Hara, de 28 años y de Lilburn, Georgia; el suboficial mayor 2 Andrew Loyd Eaves, de 39 años, de Great Mills, Maryland, y la capitana Rebecca M. Lobach, de Durham, Carolina del Norte.
Las autoridades están tratando de averiguar los hechos que llevaron a la colisión. Por lo general las investigaciones completas tardan un año o más, pero las autoridades prevén tener un reporte preliminar en 30 días.
Fue el peor accidente aéreo en Estados Unidos desde el 12 de noviembre del 2001, cuando un avión cayó en un vecindario de la ciudad de Nueva York poco después de despegar, hecho en el que murieron todas las 260 personas a bordo y cinco en tierra.
Los expertos enfatizan que los viajes aéreos por lo general son seguros, pero el ajetreado espacio aéreo sobre el aeropuerto Reagan puede resultar difícil hasta para pilotos experimentados.
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