La tragedia de la guerra entre Hamás e Israel no discrimina nacionalidades ni edades. «No tengo palabras, sólo lágrimas y casi ni me quedan», aseguró el colombiano Julio César Rubio al enterrar este jueves a su hija Ivonne, una de los cientos de muertos tras el ataque del grupo militante a un festival de música, muy cerca de Gaza.
«Hay muchas familias como nosotros, que están pasando el mismo duelo, el mismo dolor y hay que condenar el salvajismo, que el mundo entero sepa, que esto es terrorismo, no tiene otro nombre», dijo Rubio durante el funeral de la joven madre, que deja un pequeño de cuatro años.
Ivonne Rubio se encontraba junto a su pareja, el también colombiano-israelí Antonio Macías, en el festival de música electrónica Nova, celebrado a apenas escasos kilómetros de Gaza y uno de los puntos donde primero atacó Hamás en la mañana del pasado sábado, disparando a mansalva a los asistentes.
La joven alcanzó a llamar a su padre una última vez: «Papá, estamos en guerra y yo voy corriendo a buscar un búnker», según relatos del propio Julio César a la prensa. De acuerdo con testimonios de allegados y sobrevivientes, el refugio se convirtió en una trampa mortal cuando combatientes islámicos lanzaron granadas y luego dispararon hacia dentro.
Macías, padre de otro pequeño y residente junto a Ivonne de la ciudad central de Kfar Saba, se separó del grupo y hasta este momento no se conoce su paradero. Su familia asegura no perder la esperanza.
Los servicios de rescate israelíes contabilizaron unos 260 cadáveres, la gran mayoría civiles, en el sitio del festival tras la retirada de Hamás. Muchos de los asistentes fueron tomados como rehenes y llevados a Gaza.
La familia de Ivonne recibió la noticia de la muerte de la joven, cuatro días después del ataque.
«Es terrorismo, no hay con quien hablar, con el terrorismo no se habla, no hay diálogo con el terrorismo (…) Yo sé que mi hija es una héroe, y esta allí como una héroe, ella dio su vida como los soldados que fallecieron o también los policías, todos los que murieron allí son héroes de Israel», dijo Julio César Rubio en la emotiva despedida, en un cementerio de Jerusalén.
Heridas salvadoras
Hasta la fecha, al menos once ciudadanos latinoamericanos han perdido la vida desde el comienzo del conflicto entre Hamás e Israel, la gran mayoría en las incursiones violentas del grupo militante a poblaciones civiles, en el primer día de ataques.
Varios gobiernos han informado sobre la muerte de sus nacionales, entre ellos siete de Argentina, dos de Perú, uno de Brasil y uno de Colombia.
Además del fallecimiento de Ivonne Rubio, la familia la argentina Adi Kaplan, que había desaparecido en un barrio del lado israelí en la Franja de Gaza en la mañana del sábado, confirmó su muerte.
El también argentino Moshe Rosem corrió con mejor suerte, aunque apenas pudo salvar la vida debido a las heridas sufridas mientras intentaba mantener cerrada la puerta del búnker en la que se refugió junto a su esposa.
Rosem vive desde hace más de 50 años en Israel, en un kibutz o comuna agraria llamada Nir Yitzhak, muy cerca de la Franja de Gaza. Según contó a la Voz de América desde el hospital en Jerusalén donde se recupera, las alarmas son habituales en la zona, debido a los cohetes que Hamás dispara desde Gaza, pero le bastaron unos minutos para darse cuenta que esto no era una alerta cualquiera.
Una hora después del comienzo de las incursiones de los combatientes islamistas, «todavía existía la percepción de que si bien es algo grave y algo inusitado…. no es un ataque puntual masivo», algo que Rosem comprendería que era más grave «unos minutos más tarde, cuando recibimos la noticia de que efectivos militares entraron a nuestra zona».
Al principio, cuando miraron por la ventana, creyeron que eran fuerzas israelíes, para darse cuenta al momento que eran efectivos de Hamás. Rosem y su esposa corrieron hacia la habitación reforzada que tienen casi todas las casas israelíes, pero los islamistas dispararon a la cerradura, hiriendo al anciano en las manos y a su esposa, en menor medida.
Desde su hogar, fueron tomados en custodia con la intención de llevarlos como rehenes a Gaza.
“Mientras nos arrastran, mientras nos empujan, mientras en fin… vamos caminando… ellos dicen a Gaza, y yo le digo, les muestro la forma en la que ellos me hirieron. Yo ya veo que está grave por la hemorragia y porque la herida está abierta, de que yo necesito un tipo de atención médica inmediata”, recordó Rosem mientras señalaba a su brazo totalmente vendado.
Según él, en ese momento, se jugó «el todo por el todo» al ofrecer resistencia. «Dije: nosotros no vamos a Gaza, yo necesito urgentemente un hospital. (…) Me miró como a un loco, pero a su vez, viéndome el estado en el que estaba, me permitió irme», narró.
Aún sin saber cómo, su captor decidió dejarlo ir sin disparar, en parte para evitar ser descubierto por las tropas israelíes al cruzar la cerca que delimita Gaza de los territorios israelíes, y eso, según Rosem, fue lo que los salvó. «Fueron segundos que parecieron horas» en los que él y su esposa corrieron para salvarse.
Más tarde, fueron rescatados y tras brindarles los primeros auxilios, fueron enviados a un hospital en Jerusalén.
Argentina, la nación latinoamericana con mayor número de nacionales en Israel y la que cuenta con más fallecidos hasta ahora, ha informado sobre planes de evacuación para repatriar a sus nacionales.
“Hasta el momento, 1.304 argentinos fueron anotados en el registro de nuestro Consulado en Tel Aviv para ser evacuados desde Israel”, indicó el canciller Santiago Cafiero en la red social X.
La ministra de exteriores de México, Alicia Bárcena informó este miércoles que ya han puesto a salvo a 287 personas en vuelos humanitarios desde Israel.
En Gaza, la crisis se agudiza
Mientras, la respuesta del gobierno israelí continúa azotando Gaza con bombardeos cada vez más frecuentes y la amenaza de una incursión terrestre.
En la estrecha área con más de 2 millones de habitantes las condiciones se han endurecido tras el bloqueo de alimentos y electricidad impuesto por Israel, que ha prometido aniquilar a Hamás.
Según cifras de este jueves reportadas por Ministerio de Salud en Gaza, al menos 1.537 palestinos murieron y 6.212 han resultado heridos por los ataques israelíes, que se producen sin aviso desde los ataques sorpresa del sábado.
El mismo organismo indicó que entre las víctimas mortales hay al menos 500 niños y 276 mujeres palestinas.
Los bombardeos constantes y la falta de energía dificultan el trabajo de voluntarios y médicos, que batallan por salvar las vidas de personas entre los escombros de edificios derruidos. Varios activistas han muerto también como resultado de los ataques.
Por su parte, las autoridades judías indicaron que ya han muerto unos 1.200 israelíes, mientras que 3.391 han sido heridos, muchos de ellos en estado de gravedad. «Tenemos 247 soldados caídos y dentro de la Franja de Gaza tenemos confirmado 97 rehenes», dijo Roni Kaplan, portavoz de la reserva de las Fuerzas de Defensa de Israel.
[Con información de Reuters]
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