un legado de maquillaje teatral

En su última entrevista, la maquillista cubana, Adela Prado, expresó que considera el maquillaje como una técnica y un arte.

«Es una técnica porque sigue principios y procedimientos específicos» explicó. «Es un arte porque se basa en diseños creados a partir de la sensibilidad y experiencia del maquillista.»

Entrevista a Adela Prado

Adela Prado, una maestra del maquillaje teatral cubano, dejó una huella indeleble en la historia del teatro de Cuba y más allá.

A lo largo de su carrera, trabajó con numerosos grupos y proyectos, y su influencia sigue viva en la comunidad artística.

La última entrevista realizada a Adela Prado, en el año 2022, ofrece un valioso vistazo a su trayectoria, sus influencias y su legado.

El Inicio de su eelación con el arte

Adela Prado recordó con cariño sus primeros pasos en el arte. En Caibarién, bajo la influencia de María Isabel Saénz Duplace, reconocida actriz y profesora, Prado descubrió el teatro a una edad temprana.

“Yo tenía 5 o 6 años,” comentó Prado, rememorando esos momentos decisivos que la guiaron hacia el mundo del maquillaje teatral.

Formación y primeros pasos

En 1962, Prado se unió a la Escuela Nacional de Arte (ENA), donde se especializó en Maquillaje Teatral. Bajo la enseñanza de Antonio “Tony” Cañas y el profesor checo Vladimir Petrina, desarrolló su talento.

Además, completó un curso de Maquillaje Cinematográfico en el ICAIC y, en 1980, un curso de Diseño de Maquillaje de Caracterización Histórica en el Teatro de Arte de Moscú.

Influencias y primeros trabajos

Adela Prado destacó que sus principales influencias vinieron de sus profesores. Su primer trabajo significativo como maquillista fue en el espectáculo “Doña Rosita La Soltera,” dirigido por Ugo Ulive.

“Recuerdo en detalles esa primera experiencia,” dijo Prado, señalando la importancia de este trabajo en su carrera.

Una carrera dividida en etapas

Prado dividió su carrera en tres etapas: antes de su trabajo en Teatro El Público, su tiempo en Teatro El Público, y su labor en Estados Unidos.

En 1992, comenzó su colaboración con Teatro El Público con la puesta en escena “Niñita querida,” un período que marcó un cambio estético y de estilo para ella.

Trabajo memorable

Uno de los trabajos más memorables de Prado fue la caracterización de Mario Balmaseda para la obra “El carillón del Kremlin.” Este maquillaje se ha convertido en un referente en la historia del teatro cubano.

Además, Prado formó a muchos maquillistas destacados, como Pavel Marrero, quien trabajó en “Bacantes” con Teatro Buendía.

Su trabajo en Estados Unidos

Después de su tiempo en Cuba, Prado continuó su carrera en Estados Unidos. Trabajó con Havanafama Theatrical Company y diversas instituciones del teatro hispano en Miami.

Su talento y dedicación le permitieron una longeva carrera hasta su fallecimiento en noviembre de 2023.

Su proceso creativo

Prado enfatizó la importancia de trabajar en estrecha relación con el director escénico y de conocer el texto dramático.

Asistía a ensayos iniciales y trabajaba en estrecha colaboración con el equipo de vestuario y escenografía para lograr un diseño de maquillaje coherente y completo.

El legado de Adela Prado

Adela Prado dejó un legado significativo en el maquillaje teatral cubano y más allá. Su trabajo influyó en numerosos maquillistas, y aunque no creía tener un sello particular, su estilo integraba diversas técnicas y aprendizajes de sus maestros.

Se veía a sí misma como una teatrista y artista del maquillaje, siempre comprometida con la calidad y el arte en cada proyecto que emprendía.

Conclusión

La última entrevista a Adela Prado ofrece una visión profunda de su carrera y su impacto en el mundo del maquillaje teatral.

Su legado sigue vivo, recordándonos la importancia del maquillaje como una forma de arte que enriquece y transforma el teatro.

La dedicación y el talento de Prado continúan inspirando a nuevas generaciones de artistas, asegurando que su influencia perdure en el tiempo.

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