Mientras milicianos armados, miembros de la Brigada, recorren las calles Nur Shams, el campo de refugiados palestino ubicado en Tulkarem, una de las ciudades de Cisjordania, que sufrió una dura incursión del Ejército israelí el jueves de la semana pasada, los vecinos del lugar intentar volver a la normalidad.
Decenas de niños corretean y juegan, o vuelven a sus casas desde la escuela, y los vecinos de este lugar lavan sus autos, van de compras e intentan llevar una vida lo más normal posible, en medio de una situación de constante incertidumbre.
Fueron 27 horas de enfrentamientos armados: fuego real y proyectiles lanzados desde helicópteros Apache e, incluso, con disparos desde un dron. El ataque dejó 13 muertos en esta ciudad del noroeste de Cisjordania, territorio palestino ocupado por Israel.
Se trata de un combate -algo poco frecuente en Cisjordania- en el que también falleció un policía de fronteras israelí.
«Estaba dormida, oí ruido fuera y Taha salió a la calle», cuenta Nahida, de 53 años, sobre la última vez que vio a su hijo de 15 años ese día. Lo siguiente que supo es que lo habían herido, según le contaron unos vecinos, pero en realidad ya estaba muerto.
Hoy, varios jóvenes palestinos acomodan banderas sobe las tumbas de sus compañeros en el cementerio del campo de refugiados. Rezan por ellos.
El ejército de Israel entró al campo a detener «sospechosos de terrorismo», pues Nur Shams es uno de los bastiones de la Brigada de Tulkarem, una milicia local que ha surgido en el último año, copiando un modelo de levantamiento en armas que se repite en otros puntos de Cisjordania y que atrae a cada vez más jóvenes palestinos, algunos adolescentes.
La guerra incrementa la violencia en Cisjordania
La violencia mortal ha aumentado en Cisjordania mientras el ejército israelí persigue a milicianos palestinos tras el ataque de Hamás desde Gaza.
La grave situación en esta región no es nueva; lleva sumida en una creciente espiral de violencia desde hace dos años, pero la guerra entre Israel y el grupo islamista Hamás en Gaza, ha acelerado el baño de sangre. Desde que empezó ese conflicto armado, el pasado 7 de octubre, han muerto en Cisjordania ocupada 95 palestinos, la mayoría en choques con el Ejército israelí, pero también con colonos.
El recuento incluye a seis palestinos muertos en incidentes separados el domingo, incluidos dos que fallecieron en un ataque aéreo contra una mezquita en el volátil campo de refugiados de Yenín que, según Israel, estaba siendo utilizada por milicianos. Además del ataque aéreo durante una batalla en el campo de refugiados, sumando 13 víctimas más.
Aunque las redadas israelíes ya eran frecuentes -casi diarias- en Cisjordania ,en el último año, más de 800 palestinos han sido detenidos, incluidos unos 500 supuestamente vinculados a Hamás, según Israel.
En lo que va de año han fallecido en Cisjordania unos 330 palestinos, cifras que no se registraban desde hace casi dos décadas, durante la Segunda Intifada (2000-2005). La mayoría son milicianos muertos en enfrentamientos armados con tropas israelíes, o atacantes palestinos abatidos. Pero también figuran civiles, incluidos medio centenar de menores.
La violencia amenaza con abrir otro frente en la guerra que ya lleva dos semanas y ejerce presión sobre la Autoridad Palestina reconocida internacionalmente, que administra partes de Cisjordania y es profundamente impopular entre los palestinos, en gran parte porque coopera con Israel en materia de seguridad.
[Con información de AP]