En Venezuela, las parejas del mismo sexo se ven obligadas a recurrir a ceremonias simbólicas y contratos privados debido a la conservadora legislación que establece que el matrimonio solo puede ser entre un hombre y una mujer. A pesar de esto, algunas parejas deciden celebrar su amor de manera pública, en busca de reconocimiento y protección.
Un ejemplo de esto es la historia de Yaury Mejías y Génesis Millán, quienes, vestidas de blanco y con velo, intercambian anillos y se dedican palabras de amor frente a un religioso y un grupo de invitados emocionados. Aunque esta ceremonia no tiene validez legal, para ellas es una forma de mostrar su compromiso y de luchar por sus derechos.
En Venezuela, las parejas del mismo sexo no solo están excluidas del matrimonio, sino que tampoco tienen la posibilidad de adoptar, tomar decisiones médicas sobre su pareja, heredar o solicitar un crédito como pareja. Estas restricciones legales hacen que las parejas LGBTI se sientan desprotegidas y discriminadas.
Ante esta situación, muchas parejas deciden firmar contratos privados para intentar protegerse legalmente. Estos contratos les proporcionan cierta seguridad y les permiten tomar decisiones en caso de emergencia, pero no tienen el mismo reconocimiento que un matrimonio legal.
A nivel latinoamericano, Venezuela se queda rezagada en términos de derechos LGBTI. Mientras que en otros países de la región el matrimonio igualitario es legal, en Venezuela el debate ni siquiera está presente en la agenda pública. Esto se debe en parte a la falta de legislación por parte de la Asamblea Nacional.
La abogada Tamara Adrián denuncia la homofobia del Estado venezolano, que se opone a los derechos de las personas homosexuales. Aunque en 2008 el Tribunal Supremo de Justicia dictaminó que la Constitución no prohíbe las uniones de hecho entre personas del mismo sexo, no ha habido avances legislativos desde entonces.
La falta de protección legal y el rechazo social hacen que muchas parejas LGBTI se sientan desamparadas. Algunas incluso consideran la posibilidad de viajar a otros países para casarse y obtener así protección legal. El matrimonio no solo tiene un significado simbólico y familiar para ellos, sino que es una cuestión de derechos y seguridad jurídica.
En resumen, en Venezuela las parejas del mismo sexo se enfrentan a una legislación conservadora que no reconoce su amor y derechos. A pesar de esto, algunas parejas deciden celebrar su amor de forma simbólica y firman contratos privados para intentar protegerse legalmente. Sin embargo, la lucha por el reconocimiento y la igualdad sigue siendo una tarea pendiente en el país.
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