Dos meses después de su histórica destitución como presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Kevin McCarthy anunció el miércoles que renuncia a su escaño en el Congreso por California.
El anuncio marcó un final sorprendente para el antiguo propietario de una tienda de delicatessen de Bakersfield, que ascendió en la política estatal y nacional hasta convertirse en el segundo en la línea de sucesión a la presidencia antes de que un contingente de conservadores de extrema derecha tramara su destitución en octubre.
McCarthy es el único presidente de la Cámara de Representantes de la historia que ha sido destituido por votación.
«No importan las consecuencias o el costo personal, hicimos lo correcto”, escribió McCarthy en un artículo de opinión en The Wall Street Journal, anunciando su decisión.
“Es con este espíritu que he decidido dejar la Cámara a final de este año para servir a Estados Unidos de nuevas formas”, escribió.
Su caída del máximo cargo de la Cámara de Representantes se vio alimentada por las quejas del ala más dura de su partido, entre ellas su decisión de trabajar con los demócratas para mantener abierto el gobierno federal en lugar de arriesgarse a un cierre.
McCarthy, de 58 años, llegó a la cámara baja en enero de 2007 tras una etapa en la Asamblea de California, donde fue líder de la minoría. En el Congreso, se abrió paso a través de la jerarquía de su partido —fue jefe de la mayoría y líder republicano— antes de ser elegido presidente de la Cámara de Representantes en enero de 2023.
La pelea en el hemiciclo que precedió a su ascenso al puesto más alto de la cámara baja duró varios días y presagió un mandato tormentoso, en un momento en que el expresidente Donald Trump seguía siendo el líder de facto del partido y las profundas divisiones internas planteaban serias dudas sobre la capacidad del partido para gobernar.
McCarthy necesitó un récord de 15 votaciones a lo largo de cuatro días para reunir el apoyo que necesitaba para ganar el puesto que había codiciado durante tanto tiempo, prevaleciendo finalmente en una votación de 216-212, en donde los demócratas respaldaron a su propio líder, Hakeem Jeffries, y seis republicanos opositores hicieron acto de presencia.