La junta directiva de OpenAI, la empresa creadora de la aplicación de inteligencia artificial ChatGPT, dijo el viernes que destituyó a su cofundador y director general, Sam Altman, después de que una revisión encontró que “no era sistemáticamente sincero en sus comunicaciones” con la junta.
“La junta ya no confía en su capacidad para seguir encabezando OpenAI”, informó la compañía en un comunicado.
Mira Murati, directora de tecnología de OpenAI, asumirá el cargo de directora general interina con efecto inmediato, señaló la empresa, mientras se busca un reemplazo permanente.
Altman, de 38 años, ha sido visto como un niño prodigio de Silicon Valley desde que tenía poco más de 20 años. Él ayudó a iniciar OpenAI como un laboratorio de investigación sin fines de lucro en 2015.
Un portavoz de OpenAI no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios sobre el motivo de la supuesta falta de franqueza de Altman. El comunicado decía que su comportamiento obstaculizaba la capacidad de la junta para ejercer sus responsabilidades.
Altman publicó el viernes en la red social X, antes Twitter: “Me encantó mi tiempo en OpenAI. Fue transformador para mí personalmente y, con suerte, un poco para el mundo. Sobre todo, me encantó trabajar con gente tan talentosa. Más adelante tendré más que decir sobre lo que sigue”.
El año pasado, Altman captó la atención mundial por ser el rostro de OpenAI y del auge de la inteligencia artificial ante el lanzamiento de ChatGPT. En una gira mundial en 2023 fue acosado por una multitud de admiradores en un evento en Londres.
El jueves participó en una reunión de directores generales de empresas en el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico en San Francisco, donde OpenAI tiene su sede.
Pronosticó que la inteligencia artificial resultará ser “el mayor avance de cualquiera de las grandes revoluciones tecnológicas que hemos tenido hasta ahora”. Pero también reconoció la necesidad de contar con barreras de seguridad para proteger a la humanidad de la amenaza existencial que plantean los saltos cuánticos que están dando las computadoras.
OpenAI comenzó como un laboratorio de investigación sin fines de lucro cuando se puso en marcha en diciembre de 2015 con el respaldo financiero del director general de Tesla, Elon Musk, y otros. Sus objetivos declarados eran “hacer avanzar la inteligencia digital de la manera que sea más probable que beneficie a la humanidad en su conjunto, sin las limitaciones de la necesidad de generar rendimiento financiero”.