un espejo de la cultura maya
A los 7 años, Antonio Coché descubrió que un simple trazo podía dar vida a historias profundas. Inspirado por el entorno de su pueblo natal San Juan La Laguna, en Guatemala, Coché ha dedicado más de cuatro décadas a hacer de la pintura un homenaje a sus raíces indígenas.
Este es un pintoresco pueblo a las orillas del icónico Lago de Atitlán, en el departamento de Sololá, a 165 kilómetros de la capital de Guatemala. Tiene una población de 10.000 habitantes, la mayoría perteneciente a la etnia maya Tz’utujil.
A pesar de que a su alrededor hay otras comunidades similares que rodean el lago, San Juan La Laguna es reconocido por su vibrante arte, por el tejido artesanal y los murales coloridos que cuentan historias de espiritualidad.
Desde hace cuatro décadas, Coché ha buscado preservar esas raíces por medio de sus pinturas, y al mismo tiempo busca ofrecer a su comunidad una herramienta para crecer económica y creativamente.
“Pintamos a Guatemala, las costumbres, la vida campesina, el lago. Cada uno tiene su propio color, su propio trabajo. Hemos expuesto en diferentes espacios nuestras obras”, dijo a la Voz de América.
Sus pinturas, cargadas de simbolismo, retratan elementos clave de la cultura indígena: el maíz, alimento central y símbolo de la cosmovisión maya, las mujeres tejedoras bajo el sol y los hombres que trabajan la tierra.
En 1997, Antonio Coché fundó una asociación artística que ha crecido hasta incluir a 25 pintores locales. Este colectivo, ubicado en la calle principal que conduce al embarcadero de San Juan La Laguna, es mucho más que una galería: es un centro cultural vibrante donde visitantes de todo el mundo pueden admirar y adquirir estas obras.
El maíz, uno de los temas recurrentes en la obra de Antonio, no es solo un alimento para muchos en el país centroamericano, sino un símbolo cargado de significado. Los colores de la mazorca, como el amarillo, evocan la energía vital del sol; el café oscuro, la conexión con la tierra fértil; y el rojo, la sangre de los ancestros.
Esto ha revitalizado la escena artística local de San Juan La Laguna, generando una demanda creciente por las obras de los artistas del pueblo.
Las galerías no solo actúan como puntos de venta, sino también como espacios educativos donde los turistas aprenden sobre las técnicas tradicionales y la historia del arte Tz’utujil.
Estas cooperativas, como la fundada por Antonio, han sido fundamentales en la preservación de estas tradiciones, pues a través de su trabajo colectivo, los artistas han encontrado una forma sostenible de compartir su legado cultural y sostenerse económicamente.
La influencia de la cultura maya en Guatemala
La influencia de la cultura maya en Guatemala es profunda y multifacética, marcando no solo la identidad nacional, sino también la vida cotidiana.
Con 22 comunidades mayas que representan cerca del 40 % de la población, su legado se manifiesta en los idiomas como el K’iche’; en las ceremonias espirituales en sitios sagrados como el Tikal, y en el arte, los textiles y la gastronomía.
Platillos como el kak’ik, en Cobán, y las tortillas de maíz son el reflejo de esa herencia.
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